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Wimbledon

Se cumplen doce años del partido del siglo entre Nadal y Federer en Wimbledon: el secreto que no se sabía

El balear se impuso por primera vez en la Catedral tras vencer al suizo en el considerado mejor partido de la historia: 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7

Nadal, tras ganar a Federer y conquistar Wimbledon en 2008
Nadal, tras ganar a Federer y conquistar Wimbledon en 2008VASSIL DONEVAgencia EFE

El coronavirus ha privado al mundo del tenis de su torneo más carismático. No habrá Wimbledon 2020. A estas alturas se estaría terminando la primera semana de competición en la hierba del All England Club y Movistar ha emitido un reportaje llamado “Nadal visto por Nadal” en el que el zurdo revive sus participaciones en Londres, donde ha protagonizado algunos de los partidos más recordados, por ejemplo el considerado mejor duelo de la historia, contra Federer en la final de 2008, un 6 de julio, de la que se cumplen ahora doce años, del que desvela un dato que no se sabía...

“Con 16 años ya hice semifinales en Wimbledon júnior, así que desde la primera vez no me fue mal en hierba”, admite el manacorense. Por su forma de jugar se dudaba que pudiera rendir sobre una superficie en la que hay que jugar más agachado y donde el efecto liftado de los golpes no es tan eficaz. Pero desde el principio tuvo buenas sensaciones allí. Debutó en 2003. Era su primera participación en un Grand Slam, con 17 años recién cumplidos. “Gané en primer ronda Ancic (6-3, 6-4, 44-6 y 6-4), pero perdí en la pista uno contra Srichaphan (6-4, 6-4 y 6-2). 2003 fue el primer año que yo entré en el circuito, fue un año importante”, explica Nadal, que al curso siguiente no pudo jugar ni Roland Garros ni en Wimbledon por lesión. Volvió en 2005 después de haber conquistado por primera vez París, y perdió en segunda ronda contra el luxemburgués Muller (6-4, 4-6, 6-3 y 6-4). Contra el mismo tenista fue eliminado en 2017, en octavos. “No lo encaré bien [en 2005]. Venía de una temporada muy dura. La hierba es una superficie preciosa cuando juegas y Muller no te permite jugar mucho. Es un especialista y si no estás bien, te gana. En 2017 perdí con él otra vez porque jugué dos primeros sets muy malos. Ese año creo que estaba preparado para todo”.

De la primera final, al éxito

“Fue bonito ser testigo del último partido de Agassi en Wimbledon”, dice Nadal, que superó al estadounidense en tercera ronda de 2006 por 7-6, 6-2 y 6-4 y se plantó en la final. “Llegar a la final ya era un logro ese año. La luché, la disfruté, pero sin esa mentalidad de creer que iba a ganar. Empecé lento y a medida que pasaba el partido me fui sintiendo más cómodo, y podía competir. Quizá no estaba convencido aún de que podía ganar a Federer allí”, explica el balear, que empezó con un 6-0 en contra pero tuvo un papel más que digno: 6-0, 7-6, 6-7 y 6-3. Diferente fue la final del curso siguiente, 2007, otra vez contra el suizo y en la que Nadal sí se achaca algo: “Noto un pinchazo en el cuarto set y me descentré, me empezó a preocupar más la rodilla que el partido y eso en una final de Wimbledon contra Federer... Me fui al vestuario tocado conmigo mismo”. Ganó Federer 7-6, 4-6, 7-6, 2-6 y 6-2, aunque con el último set igualado Rafa tuvo dos veces 15-40. Y de ahí al gran partido de 2008, en el que consiguió su primer título y que va narrando de esta manera según ve las imágenes, con suspiros con algunos golpes justos, reviviéndolo: “Es uno de los partidos de mi carrera. Pudo haber sido una final que no hubiera pasado a la historia. En los dos primeros sets y parte del tercero yo fui mejor, pero él es un gran campeón. El cuarto set fue mortal mentalmente, cuando pierdo el cuarto set es uno de los momentos más duros de mi carrera, que sean por una lesión, jugando una final de Grand Slam. También venía con problemas físicos, no lo había contado nunca, pero tuve que jugar con el pie dormido desde el comienzo del partido, no sólo eso, también en varios anteriores. Los parones [el partido se suspendió varias vecess por la lluvia] complicaron todo este tema, porque la anestesia tiene una duración y yo sin anestesia no podía jugar, porque no podía apoyar el pie. También había nervios por saber cuánto iba a durar la anestesia. Creo que en 2007 estaba preparado y en 2008, aún más. Aquel año no iba a fallar yo, si Federer me ganaba, bien. A medida que avanzaba el partido sentía que había desaprovechado oportunidades, pero que física y mentalmente estaba un poco más fuerte que él en estos momentos límite. Cuando llegó el break en el quinto dije: ‘Por fin’, pero quedaba lo que todos los jugadores sabemos que es lo más difícil: cerrar el partido. Y como todo, hay nervios. Sabía que si no ganaba ese juego el partido se suspendía (por falta de luz). Perdí el primer punto por un fallo por nervios, pero sabía que tenía que ser agresivo. Gané dos puntos con saque-red, lo que ahora hago más, pero en esos momentos no tanto. Él no llegó a tener break point, y eso fue importante. En el primer punto de partido saco y seguro que se va largo, pero no lo cantan y el mete hace un resto de revés espectacular. Tomo una decisión importante aquí: decido sacarle a la derecha, cuandos siempre lo hacía al revés. Pensé que tenía que ser valiente y cambiar algo. El último punto es un fallo suyo, un error claro, que aquí todos estamos nerviosos. Sólo recuerdo estar en el suelo y oyéndome a mí mismo gritar. Me había dolido mucho la derrota de 2007 y era una victoria importante para mí y para el futuro de mi carrera. Todos entendimos que ese partido era parte de la historia de nuestro deporte”. Venció Rafa por 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7.

La segunda corona

“En la final de 2010 Estaba muy nervioso, porque llegaba bien preparado. Berdych es un gran jugador, pero me sentía favorito y eso me generaba esa tensión. No hice un partidazo, pero hice lo que tenía que hacer. Y no cometí errores. En las finales hay que aprovechar la experiencia”, cuenta Nadal su segundo éxito en Wimbledon, tras haberse perdido la cita en 2009 por lesión. Venció por 6-3, 7-5 y 6-4. En 2011 regresaría a la lucha por el título contra Djokovic, que fue el gran dominador ese curso. “Fue un año difícil, fue bueno, pero perdí muchas finales. Sufrí mucho Roland Garros ese año. Federer elimina a Djokovic con un partidazo en semifinales y yo había perdido con Djokovic la final de Indian Wells, Miami, Madrid y Roma. Si el rival en aquella final hubiera sido Djokovic no sé si hubiera sido capaz de ganarle. En la final de Wimbledon podemos analizar lo que queramos, pero al final él era mejor que yo en ese momento”, se confiesa el español, que cayó 6-4, 6-1, 1-6 y 6-3.

No ha vuelto a jugar más finales en Wimbledon, pero confiesa que los tres últimos años ha disfrutado. En 2018 perdió en semifinales contra Djokovic en un encuentro al límite a cinco sets y en 2019 se reencontró con Federer en hierba. “Las rivalidades con los años se ven de manera diferente. Ahora somos más consicientes de lo que significan nuestros partidos más que hace 10 o 12 años. Volver a jugar contra él en Wimbledon fue especial”. El suizo se llevó la victoria por 7-6, 1-6, 6-3 y 6-4.