Fútbol

El Barcelona derrota al Athletic y atrapa al Real Madrid

Perdona en la primera parte, le empata el Athletic, pero Griezmann resuelve. Messi marcó un golazo de falta

Messi celebra su gol de falta al Athletic
Messi celebra su gol de falta al AthleticJoan MonfortAgencia AP

Estaban las típicas «trampas» puestas: el jugador tumbado por si la pelota va por debajo de la barrera, y un futbolista corriendo rápido por su va pegada al poste. Pero la trampa se volvió en su contra: fue Yeray el que buscó tapar ese hueco y en parte molestó a Unai Simón, el portero. El tiro de falta de Leo voló y entró, con el defensa estrellándose contra el poste y el guardameta mirando con impotencia.Marcó Messi en un partido que se estaba pareciendo más bien poco al de la Supercopa, que se llevó el Athletic Club cerrando su portería, sin recibir apenas ocasiones.

Esta vez, los azulgrana encontraron el camino y ya el propio Messi tuvo un mano a mano con Unai y después un remate con el escudo, qué ironía en un día así en el que la noticia de «El Mundo», que ha publicado su contrato, seguro que le tuvo que afectar de alguna manera. No el juego. Participó mucho y bien el «10».

Era una jornada incómoda por el viento, el regreso del Barça al Camp Nou tras un mes jugando siempre fuera de casa: en Liga y en Copa con éxito y en la Supercopa cediendo ante su rival de ayer. El 31 de enero, los barcelonistas se estrenaban en su estadio en 2021 y lo hicieron con éxito, aunque como no va sobrado todavía tendría que sufrir mucho. Seguramente sea tarde para LaLiga, además porque el Atlético no cede y ha hecho una primera vuelta espectacular, casi impecable.

En diez minutos se arregló el Athletic Club. En la primera parte intentó presionar sin éxito. Salía el Barcelona con facilidad, sacaba la jugada limpia y llega al campo contrario para empezar a crear. Participaba Messi, trabajaba Pedri e intentaba Dembélé desbordar con sus regates y sus carreras. Generó ocasiones, pero sólo marcó la falta de Messi, algo que a Koeman no le gustó. Se queja siempre de que su equipo no aprovecha del todo sus momentos. Y si además la primera ocasión que te hacen va para adentro, la cabeza no deja de dar vueltas.

Jordi Alba metió en su portería el centro de Raúl García. Estaba el lateral incordiado por De Marcos, y se quejó, pero no había falta. Fue gol y el Barça tenía que volver a empezar. Pero ya no era lo mismo, tanto en el marcador como en el juego. Robaba más pelotas el Athletic Club y tiró algunos centros laterales más que hicieron temblar a la defensa azulgrana. Por la izquierda Yuri se convirtió en un correcaminos incansable.

La comodidad se convirtió en incertidumbre. Ya no tenía el control el equipo local y lo que era un control de dominio y pausa cogió velocidad y ritmo, yendo de un lado para otro, obligando a los futbolistas a un esfuerzo extra. Se apagó un poco Messi en la zona decisiva, retrocediendo metros para intentar participar en la creación, y Dembélé se convirtió en el principal recurso ofensivo del Barcelona. Lo intentó por ambos lados, y también tuvo que ayudar atrás porque por su lado era por donde entraba el Athletic Club. En cada centro se les cortaba la respiración a los azulgrana, mientras que en el otro lado Unai Simón hizo un paradón a un cabezazo de Pjanic. Pero fue el delantero francés del Barça quien lo terminó consiguiendo: creó dudas y pasó a Mingueza, que se incorporó para asistir a Griezmann, que sólo tuvo que empujar a la portería el 2-1.

Quedaba todavía tiempo para todo, y con este Barcelona nunca se sabe. Siguió sufriendo en los centros, en los córners... Y Koeman se amotinó con la presencia de otro central, Lenglet. Quería guardar lo conseguido, no cortar la racha.