En combate
El deportista ucraniano que pasó de entrenar con rusos a luchar contra ellos
Lazarenko, de 46 años, fue internacional con Ucrania de Hockey sobre hielo y además de jugar en clubes de su país, fue delantero en otros de Rusia, Canadá y Estados Unidos.
Oleksiy Lazarenko tenía a varios jugadores rusos en su equipo de hockey sobre hielo que entrenaba en la ciudad ucraniana de Járkov, hasta que tuvo que cambiar los palos de practicar su deporte por las armas para luchar contra Rusia. “No tenemos otra opción, o te quedas en casa o vas a luchar contra el enemigo”, asegura a Efe frente a un hospital en Járkov, en el este de Ucrania, donde se recupera antes de volver al frente.
Lazarenko, de 46 años, fue internacional con Ucrania en su deporte y además de jugar en clubes de su país, fue delantero en otros de Rusia, Canadá y Estados Unidos.
Un frente muy complicado
Tras diez días en este hospital, junto a otro compañero herido, en otros días más acabará su recuperación y volverá el frente. “Claro que tengo miedo, lo tenía antes de la guerra y lo sigo teniendo ahora”, confiesa al recordar lo que pasó cuando fue herido con otros tres militares.
Ellos estaban en un puesto de control en la zona de Donetsk, en el este del país, donde la situación “es realmente complicada”, advierte con rostro serio. Las tropas rusas, que controlan partes de esa zona, “tienen muchas armas, mucha artillería”, mientras las fuerzas ucranianas luchan por frenar su avance, comenta.
El grupo se encontraba en ese momento en campo abierto, sin posibilidad de refugiarse, cuando sufrió un ataque con Urugan, un tipo de misil ruso que se lanza desde un camión adaptado. Él, que maneja un sistema antitanque, y otros dos compañeros cayeron al suelo, con “contusión cerebral, pérdida de conciencia, sangre por la nariz”, entre otras lesiones, recuerda. La evacuación desde esa zona entre fuertes combates es complicada, puede tardar horas, “los rusos la bloquean”, cuando en otros frentes de guerra es mucho más rápida, observa.
Ayuda urgente del exterior
Ahora frente al hospital donde se recupera echa la vista atrás y comenta que cuando empezó la invasión rusa el pasado 24 de febrero ayudó a 85 rusos a llegar a la frontera de su país, que está cerca de Járkov. Entre ellos diez de los jugadores que entrenaba en el club Berserkers. “Y encima ahora la propaganda rusa nos llama nazis a los ucranianos”, lamenta con un gesto de decepción.
Su carrera como jugador en las décadas de 1990 y 2000 pasó por equipos de su país y también de Rusia, como el CSKA y el Spartak de Moscú, además de Canadá y Estados Unidos.
Pero desde que empezó la invasión, “no tenemos elección ninguna, necesitamos proteger a nuestras familias, nuestro país, nuestra ciudad”, reitera al preguntarle por qué decidió sumarse a las Fuerzas Armadas ucranianas. “Tenemos que proteger a Europa”, añade, en un mensaje que repiten muchos militares ucranianos cuando se les pregunta sobre esta guerra, convencidos de que el presidente ruso, Vladímir Putin, no limitará ofensiva a Ucrania.
Este hombre corpulento, de rostro amable, subraya que esperan el armamento de Europa, Estados Unidos y otros países, “pero llega muy despacio, intentamos por ahora defendernos, pero cada día perdemos soldados, realmente necesitamos ayuda”. “Confíen en nuestro ejército, somos fuertes, estamos motivados, cada uno de nosotros estamos preparados para defender nuestro país”, concluye.
Oleksiy estaba acompañado durante la entrevista por un capellán, un sacerdote que acompaña a los soldados en el hospital, que le bendice antes de despedirse.
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