Historia

El primer atleta intersexual español por el que Franco prohibió el atletismo femenino

Pilar Primo de Rivera, al mando de la Sección Femenina, excluyó de los deportes propios de la mujer el atletismo por considerarse masculinizante y poco femenino

María Torremadé, el “caso Semenya” español a principio de los 40.
María Torremadé, el “caso Semenya” español a principio de los 40.Archivolarazon

La manifestación del Orgullo 2022 recorría la tarde del en Madrid bajo el lema “Frente al odio: visibilidad, orgullo y resiliencia”, con la participación de más de 100 entidades, 40 carrozas y la presencia de cinco ministros del Gobierno -de ambos bandos-, y miles de activistas del colectivo LGTBI+. La fiesta del Orgullo se produce en un año marcado por el debate del genero y, especialmente la inclusión de las atletas transexuales en el deporte. El “caso Lía Thomas”, la nadadora transexual que ha batido todos los récords femenino ha sacudido los cimientos del deporte que ha decidido emprender una senda revisionista para vetar a las deportistas trans y abrir la puerta a una tercera categoría que no ponga riesgo a los logros de las mujeres.

En España la “Ley Trans” puede quedar en un mero gesto a pesar de haber sido aprobada en Consejo de Ministros y estar lista para pasar el trámite parlamentario. La creación de una nueva categoría y las limitaciones a la edad de transición ya están encima de la mesa de los organismo internacionales que rigen el deporte frente a una norma, la de Irene Montero que establece que en las prácticas, eventos y competiciones deportivas se considerará a las personas que participen atendiendo a su sexo registral, sin que puedan realizarse en ningún caso pruebas de verificación del sexo. Un debate que se ha vuelto a abrir este fin de semana tras conocerse que la corredora sudafricana Caster Semenya, bicampeona olímpica de 800 metros, podrá volver a competir en unos Mundiales de atletismo este mes en Eugene (Oregón, EE.UU.), después de cinco años de ausencia, tras ser inscrita en la prueba de 5.000 metros.

La sudafricana figura entre las inscritas este sábado por World Athletics (Federación Internacional de Atletismo) debido a la retirada de otras atletas de la competición. Los últimos Mundiales en los que Semenya participó fueron los de Londres, en 2017, en los que ganó la prueba en la que es especialista, los 800 metros. Las normas actuales de World Athletics, sin embargo, le impiden participar en sus distancias preferidas a menos que se medique.

El caso Semenya español

Sin embargo el debate entre identidad sexual y deporte no es nuevo y España ya tuvo su propio “caso Semenya” a principio de los 40.

El caso de María Torremadé, gran figura del deporte femenino en la España de posguerra, llevó a Pilar Primo de Rivera, Delegada Nacional de la Sección Femenina del franquismo, a prohibir la práctica del atletismo para las mujeres durante más de 20 años.

Un atleta revolucionario

De María a Jordi Torremadé
De María a Jordi TorremadéArchivoLa Razon

Jordi Torremadé Martínez (Barcelona, 9 de enero de 1923 - 2 de noviembre de 1990) fue un atleta que cambió de sexo en 1941 y batió récords de España de atletismo femenino donde no tenía rival en la época. Revolucionó el atletismo español por sus inéditas marcas.

Nacido con el nombre de María, en el barrio del Guinardó, nadie advirtió que tenía un Síndrome de Morris, una condición intersexual, y por eso fue criado como una niña y vivió como mujer hasta los 19 años de edad, momento en el que cambió de género.

María se aficionó pronto a los deportes, practicó con provecho el baloncesto, el hockey sobre hierba y el atletismo. En todos destacó, especialmente en este último. Entre 1940 y 1942 sus marcas fueron espectaculares: en 60 metros hizo 7,710, que era el mejor registro europeo. En esa misma distancia se quedó a cuatro décimas del récord mundial. Fue campeona de España de 100 metros, 200, 800, salto de altura y salto de longitud. Un prodigio. Y todo antes de cumplir los veinte años. Sus éxitos eran tales que llegó a ser recibida por Lluís Companys.

También competía, y solía ganar, en pruebas de fondo, en lanzamientos... Era una máquina total pero con un problema: Era un hombre en un cuerpo de mujer.

Síndrome de Morris

En 1942, a los 19 años María modificó su nombre al Registro Civil por el de Jordi después de una intervención de adecuación genital. Su carrera en el atletismo se truncó y sus marcas desaparecieron de los registros oficiales.

En una entrevista publicada por “Mundo Deportivo” en 1982 afirmaba: “El mío fue un caso clínico con un diagnóstico inicial equivocado. De ahí que, al nacer, se decretase por error mi condición de niña cuando, con una simple corrección de la anomalía congénita, se habría comprobado mi condición de varón”.

Tal anomalía responde al nombre de Síndrome de Morris, también conocido como síndrome de insensibilidad a los andrógenos o feminización testicular, entre otros. Se presenta cuando una persona con cuerpo de mujer posee una genética masculina, es decir, tanto cromosoma X como cromosoma Y, pero tiene unas anomalías que hace que sea incapaz de responder a las hormonas que producen una apariencia masculina (los andrógenos). Como resultado, tiene apariencia física de mujer, pero los caracteres genéticos de un hombre.

Pero la cosa no quedó ahí y su caso tuvo unas consecuencias drásticas para el deporte femenino español. El 13 de febrero de 1942 el diario madrileño Informacionessacó a la luz su cambio de sexo. “María Torremadé, conocida atleta catalana, va a cambiar de condiciones en el Registro Civil, con lo que será desposeída de las marcas y títulos conquistados en distintas pruebas atléticas. La plusmarquista es en realidad un hombre que ha estado compitiendo travestido”, se podía leer en la información. Inmediatamente, sus marcas fueron invalidadas aunque nunca se lo comunicaron oficialmente.

Pilar Primo de Rivera al frente de la Sección Femenina
Pilar Primo de Rivera al frente de la Sección FemeninaArchivolarazon

Debido al escándalo que provocó este “cambio de sexo”, Pilar Primo de Rivera, al mando de la Sección Femenina, excluyó de los deportes propios de la mujer el atletismo por considerarse masculinizante y poco femenino, como pasaba con muchas otras disciplinas deportivas. Se alegaba que este tipo de prácticas deportivas masculinizaba a las mujeres alejándolas de su función natural que era la maternidad.

Una circular publicada en 1943 era bastante clara, la mujer española “solo practicaría los deportes que no perjudicaran su función específica: la maternidad”. Tras 20 años vetado, en 1963 debido a las protestas se volvió a permitir el atletismo femenino.

Jordi Torremadé, que tras el cambio de sexo siguió practicando el atletismo y fue campeón de Catalunya en 4x100 m., se casó el 5 agosto de 1952 con Catalina Pons, a pesar de la oposición de su padre que lo desheredó. Después residió en París y en Barcelona, donde falleció el 3 de noviembre de 1990 a causa de un paro cardíaco.