Escándalo

Carlsen rompe su silencio: las trampas en el ajedrez y el dardo envenenado a Niemann

Tras la polémica con Niemann y el presunto fraude con bolas chinas, el mejor jugador del mundo sigue alimentando las teorías conspiranoicas

Magnus Carlsen sigue sin aclarar que ocurrió realmente con Niemann
Magnus Carlsen sigue sin aclarar que ocurrió realmente con Niemannlarazon

El ajedrez es el único deporte en el que no cabe la posibilidad de dopaje, básicamente porque no se ha descubierto ningún fármaco que potencie la inteligencia de un jugador. Sin embargo, esto no lo ha mantenido al margen de las trampas que forman parte de su historia tanto como las blancas o las negras. El supuesto fraude de las bolas anales vibradoras para ganar torneos de ajedrez sigue generando un gran debate y mantienen en jaque el deporte de reyes en un callejón sin salida.

Tras su retirada el pasado 5 de septiembre ante Hans Moke Niemann, N° 41 del ranking internacional, Magnus Carlsen lo volvía a hacer a hacer. Después de acusarle, en el torneo de San Luis, de hacer trampas y dejar que corra como la pólvora el rumor de que podía llevar bolas anales que le avisasen de los movimientos, ambos volvieron a enfrentarse en el torneo Julius Baer, que mezcla jugadores de diferentes edades y lo sucedido se movió entre lo sorprendente y lo esperado.

Empezó la partida y enseguida acabó porque Carlsen decidió perder. No buscar tablas, no retirarse, simplemente dio la partida por perdida ante el rival que tanto le saca de quicio.

A partir de aquí, cientos de expertos de todo el mundo analizan las partidas en redes sociales y las principales plataformas de internet tratando de aclaran si Niemann es un tramposo o simplemente bueno. Mientras desde el mundo del ajedrez solicitaban explicaciones de Carlsen que hasta su enfretamiento con Niemann mantenía un invicto de 53 partidas sin derrotas a lo largo de dos años.

Es muy fácil ser un tramposo

Antes estas insistencias, el noruego Magnus Carlsen, de 31 años decidió romper su silencio y aceptó una entrevista para la TV de su país. En la charla con la periodista Kaja Snare, y a la pregunta de su hay trampas en el ajedrez, el noruego aseguró que “independientemente de si es un problema generalizado o no, creo que es bastante fácil hacer trampas. En general, creo que en el futuro no deberíamos tomarnos a los tramposos a la ligera, ni por internet ni sobre el tablero”.

Además, el jugador se dirigió a las nuevas generaciones, a las que no recomienda hacer trampas para ganar. “Entiendo que es tentador, pero no se lo recomendaría”.

“Desgraciadamente no puedo hablar del tema en particular, pero la gente puede sacar sus conclusiones, y ciertamente ya lo ha hecho. Tengo que decir que estoy muy impresionado por el juego de Niemann, y creo que su mentor, Maxim Dlugy, debe de estar haciendo un gran trabajo”, agregó.

La polémica referencia a Dugly

La referencia de Carlsen no es casual; Dugly es un maestro norteamericano de origen ruso, que fue campeón mundial juvenil. En Estados Unidos ocupó la presidencia de la federación de ajedrez, pero hace 17 años fue encarcelado en Rusia, acusado de malversación de fondos. Fue liberado el mismo año.

Pero además, Maxim Dugly es un personaje controvertido, con una curiosa biografía. Él fue el que descubrió al búlgaro Borislav Ivanov, en el torneo abierto en Zadar en 2013, que escondía un dispositivo en su zapato para recibir los movimientos que debía hacer en el tablero. Por lo que el hecho de que Carlsen se refieriera a él ha sido interpretado como algo intencionado por los seguidores del ajedrez. “Hay algo de ironía o doble sentido en las palabras de Magnus”, afirman en diferentes foros.

Por último, el campeón mundial considera que se deben tomar más medidas aunque no quiso señalar directamente a la FIDE.

Es cierto que, desde hace más de veinte años, cuando la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) comenzó su campaña para que la actividad forme parte de los deportes del Comité Olímpico Internacional (COI) aumentó los controles pero tal vez descuidó otro aspecto como el “dopaje electrónico” que tanto daña la imagen del juego. “Las medidas tomadas hasta hoy no fueron suficientes”, sentencia Carlsen.

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