Ajedrez

Carlsen vuelve a dejar una partida contra Niemann y aviva el escándalo de las perlas anales vibradoras

El campeón del mundo noruego ha dado su partido por perdida en su segundo movimiento, sin dar más explicaciones

Magnus Carlsen sigue sin aclarar que ocurrió realmente con Niemann
Magnus Carlsen sigue sin aclarar que ocurrió realmente con Niemannlarazon

Carlsen lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a dejar en evidencia, o querer dejar en evidencia a Niemann, después de acusarle, en el torneo de San Luis, de hacer trampas y dejar que corra como la pólvora el rumor de que podía llevar perlas anales que le avisasen de los movimientos, se han vuelto a enfrentar los dos protagonistas en el torneo Julius Baer, que mezcla jugadores de diferentes edades y lo sucedido ya no se sabe si ha sido sorprendente o esperado.

Ha empezado la partida y enseguida ha acabado porque Carlsen ha decidido perder. No buscar tablas, no retirarse, simplemente ha dado la partida por perdida ante el rival que tanto le saca de quicio aunque no quiera explicar por qué. Si era la partida del morbo lo que ha hecho el gran campeón noruego alimenta aún más los rumores, aunque puedan sonar disparatados, acerca de Niemann.

Aunque las partidas entre ambos han vuelto a poner la ajedrez en el punto de mira de los medios de comunicación y las redes sociales, no está claro que sea para bien, pues es por un polémica que es ajena a lo que sucede en el tablero. Carlsen no compite contra Niemann, no demuestra que es mejor que su joven contrincante, simplemente, deja de pelear.

Aunque la opinión público se puso, en principio a favor del campeón, por su jerarquía y porque Niemann reconoció que cuando era más joven había hecho trampas en Chess.com, ahora está cambiando el viento y hasta figuras como Kasparov o grandes maestros como el español Miguel Illescas están explicando que es bastante probable que Niemann pudiese ganar a Carlsen sin tener que recurrir a trampas o ayudas externas.

Y como Carlsen no hace declaraciones, sino que lanza la piedra y esconde la mano o deja las partidas sin jugar, se le empiezan a reclamar explicaciones o pruebas que no es capaz de dar o que no quiere dar. Da la impresion de que se encuentra superado por una situación que el mismo ha provocado y de la que no sabe cómo salir ahora mismo porque no tiene las respuestas a los enigmas que por sus salidas de tono rodean sus partidas contra Niemann.

Carlsen ha sido uno de los hombres que ha devuelto a la ajedrez el prestigio y la atención. Su modo de jugar y su personalidad hicieron que todos los ojos se volviesen hacia él. Pero hasta ahora no había protagonizado una polémica como ésta. Es de las pocas veces que se enfrenta a un problema grave y ha demostrado muy poca madurez para enfrentarse al conflicto. Sigue actuando como si él fuera inocente y fuese Niemann el que tiene que dar explicaciones de las reacciones de su rival. Niemann, hasta ahora, ha mantenido la compostura y sus declaraciones, después de la primera polémica fueron muy claras y sensatas: había tenido mucha fortuna y poco más podía decir. Seguramente no esperaba que en este reencuentro, su rival no fuese capaz de aguantar el estrés y perdiera por su propia mano.