Sección patrocinada por sección patrocinada

Rumbo a Los Ángeles 2028

Adriana Cerezo: "Los que vivimos en el mundo del deporte vivimos en una burbuja fuera de los problemas reales"

La medallista olímpica en Tokio está ya inmersa en la preparación para los Juegos de Los Ángeles. "Lo llevo con bastante más calma que antes", asegura

Adriana Cerezo
Adriana CerezoEUROPA PRESS

Adriana Cerezo (Alcalá de Henares, 24-11-2003) habla con una madurez que descoloca. No por indiferencia, sí por convicción dentro de un deporte, el taekwondo, de contacto, presión y exigencia constante en el que ella ha encontrado una forma propia de resistir. No dramatiza, no se detiene: "Cada vez creo que las derrotas las voy tolerando mejor, en el sentido de que te das cuenta de que vas a perder. Me doy diez minutos, media hora como mucho, pero ya está", explica. Lo importante, dice, es volver al gimnasio y "dar el 110 por ciento" y ella lo hace cada día.

"Creo que nunca te paras como a decir 'voy a buscar otro objetivo', sino que simplemente te sale". Así le ocurrió a Adriana con Tokio, se clasificó con 17 años, cumplió su sueño ganando la medalla de plata y pronto se puso a buscar más. "En ese momento ya no te importa la medalla, ya quieres el oro y cuando la pierdes, es un palo y fíjate que has cumplido dos sueños por el camino, pero es un palo". Aun así, conserva muy nítido todo lo que vivió: “Recuerdo los colores, recuerdo la bandera. Me acuerdo absolutamente de todo. Y ahora mismo lo pienso y tengo un recuerdo bonito de aquello".

Adriana no interpreta un personaje cuando compite. Es una deportista que no tiene miedo a demostrar sus emociones: "Cuando estoy contenta, se me nota que lo estoy. Cuando estoy enfadada, intento que no se me note, pero se me nota igual que estoy enfadada" Lo que transmite cada vez que entrena o compite al máximo es lo que realmente siente, ya que, aunque su entorno tiene mucho peso para ella, al final lo hace por sí misma. En Tokio lo vivió así: "En ese momento estuve en los Juegos Olímpicos y me dio igual quién estaba viéndolo. Luego eres consciente y dices: madre mía, estáis todo el mundo. Pero lo vives por ti".

Y así como el deporte llegó muy rápido en su vida también lo hizo la exposición pública. Pero Adriana mantiene los pies en la tierra gracias a lo que vive día a día: "Vivo en mi casa, como en casa de mi abuela, todo eso en mi vida es muy normal". Con más recorrido en su carrera, lo tiene más claro: "Vas tan rápido que no te das cuenta, y cuando lo piensas, ves que arrasa contigo y con todo". Además, ha aprendido a parar y a desconectar cuando hace falta. "No sé cómo me va a afectar en el futuro lo que me está pasando ahora, pero de momento creo que lo llevo con bastante más calma que antes", comenta.

Adriana es consciente de que vive en una burbuja, no lo dice con arrogancia, sino con perspectiva: "Los que vivimos en el mundo del deporte vivimos en una burbuja fuera de los problemas reales. Vivimos donde los problemas son otros". Lo más duro que le ha pasado, confiesa, fue no cumplir sus expectativas en los Juegos de París. "Que en París pasara lo que pasó, que no saliera tal y como habíamos planificado, fue el mayor problema de mi vida... Fue un fracaso por diez minutos. Porque cuando no consigues lo que te propones, aunque lo maquillemos, es un fracaso. Luego ya cambiamos".

París fue un golpe, pero también un aprendizaje. Adriana asumió aquel noveno puesto sin dramatismos y con una visión que apunta al futuro: "Empezar a construir, soñar con poder ser campeona en los Juegos de Los Ángeles y dar el máximo posible para conseguirlo sin saber si lo voy a conseguir o no, pero da igual. Lo que cuenta es todo este proceso ahora mismo".

Cerezo sabe que también hay que detenerse en un momento. Después de París se permitió, por primera vez, unas vacaciones reales, sabe que el descanso también es parte del proceso. Aun así, su día a día no se aleja mucho del deporte. Ha terminado la carrera de Criminalística, mantiene su círculo cercano dentro del taekwondo y cocina cuando puede: "Me gusta cocinar, me gusta aprender. Y cuando hablo de concentraciones y eso, soy yo la que hace la comida para la gente de la casa".