Atletismo

Ana Peleteiro vence al dolor y gana el oro en triple en el Europeo "indoor"

La atleta gallega, que se lesionó hace un mes, superó las adversidades y batió el récord de España: voló hasta los 14,73

Ana Peleteiro vence al dolor y gana el oro en triple en el Europeo "indoor"
Ana Peleteiro vence al dolor y gana el oro en triple en el Europeo "indoor"larazon

Ana Peleteiro volvió a volar. La gallega, joven prodigio, campeona del mundo júnior cuando era juvenil, una atleta a la que le costó madurar después de aquel éxito, machacada también por alguna lesión que le hizo temer lo peor, definitivamente se ha instalado en la élite. El Europeo «indoor fue una nueva demostración. Si en el Mundial, también en pista cubierta, de 2018 fue bronce, medalla que repitió en el campeonato continental al aire libre, ahora, en Glasgow, bajo techo, ha subido la apuesta: oro, la mejor, y además con una marca mareante, 14,73, lo que le sirve para batir el récord de España que tenían la ahora secretaria general de la Federación Española, Carlota Castrejana, desde 2007. La reacción de Peleteiro era lógica: en el cuarto intento corrió, dio los tres pasos, voló, voló, voló y al caer en la arena y ver lo lejos que había ido, se puso recta y apretó los puños. Se fue a buscar a su entrenador, el mítico Iván Pedroso, con el que se prepara en Guadalajara y que es una de las claves de su asentamiento entre las mejores, y le abrazó y le dio la mano varias veces. Y después gritó para descargar la tensión. La griega Papahristou se colgó la plata, con 14,50, y la ucraniana Saladukha fue bronce, con 14,47.

El mérito de Peleteiro es múltiple, pues hasta hace nada apenas sabía si podría competir en el Europeo de Glasgow. Hace un mes, en la reunión de Madrid, se lesionó en el pie izquierdo, una inflamación en un tendón. «Sólo el estar aquí ya era un premio a no rendirse, a no tirar la toalla», confesó después en los micrófonos de TVE. «Nadie sabe por lo que he pasado este último mes. Mi primer triple salto fue el martes. No pude saltar antes, no pude correr. Mi entrenador ha tenido que tirarse de los pelos para saber qué hacer y cómo hacerlo. He estado teniendo pesadillas frustrantes, pero en los últimos días estaba soñando con hacer una buena marca», continuó la gallega. Sus dos primeros saltos fueron nulos. La dificultad aumentaba. Tenía la presión sobre sus hombros, y al tercer intento dio palmas. «Vamos, vamos», gritaba, mientras pedía ánimos al público. Ese salto se fue hasta 14,56. Superaba su mejor registro, pero quería más. «Sabía que con eso no me llegaba [finalmente sí le hubiera servido]. En el calentamiento me daba bofetadas para animarme, pensaba que con hacer mi mejor marca no iba a ser suficiente», afirmó Ana. Después llegó el gran salto. El oro era suyo con los 14,73.

La atleta española crece y crece. Una vez instalada ahí arriba, no se sabe cuál será su límite. Y sólo tiene 23 años. «Cuanto más lejos llego, más ganas tengo», confesó. El mérito es suyo, y también de su técnico. «A Iván [Pedroso] ya le hago la ola». Su oro es el segundo metal que logra España en el Europeo, tras la plata que sumó el sábado Óscar Husillos en 400.