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Noches insomnes

¿Quién será el Gasol que ve Gasol mientras su hijo Elisabet no le deja dormir?

Pau Gasol, con su hija después de su último partido con el Barça
Pau Gasol, con su hija después de su último partido con el BarçaEnric FontcubertaEFE

Cuando uno afronta la paternidad, los amigos que ya han pasado por la experiencia le dan dos avisos: olvídate de los libros o las series. Y, por supuesto, olvídate de dormir. Los optimistas se toman esas palabras como frases hechas, dichas de manera ligera en torno a una tarde de cervezas (que resultaron, además, ser las últimas en años).

Tenían razón, claro. Cualquier libro de más de 100 páginas es un tostón y cualquier serie con más de dos temporadas es la historia interminable. En realidad, todo es peor, pero resulta que los amigos, en esa tarde de cervezas, estaban siendo tan piadosos que no contaron lo que, además, pasa con el sexo.

Y lo de dormir. Para lo que no tengo respuesta es a cómo se pasaban las noches de paternidad antes de Pau Gasol. Los padres (y digo padres porque fundamentalmente eran ellos) se levantaban, ponían su partido de la NBA y, mientras, daban el biberón al bebé o le acunaban o se arrepentían de haberlo tenido.

Seguro que hay jóvenes de hace 20 años (¡ya hace 20 años!) que a las tres menos veinte de la mañana oyeron sin ser conscientes a Andrés Montes decir: «La llegada de ET a Memphis». ¿Quién será el Gasol que ve Gasol mientras su hija Elisabet no le deja dormir?

Se retira Pau y es como aquellas noches también insomnes en las que salías del garito con la voz cascada, el sabor de la resaca en la garganta, el sol muy alto y los autobuses, que ya no eran los búhos, circulando. Lo más duro no era el cansancio, lo más duro era la certeza de que las mejores noches llegaban a su final.