Ridículo de los Lakers: así fue la pelea en pleno partido entre Howard y Anthony Davis

Los actuales Angeles Lakers están manchando el nombre de una franquicia histórica, y no ya por perder partidos, que eso sucede en el deporte; con el la de ayer ante los Phoenix Suns (105-115) son once consecutivas si se suman las tres de los “playoffs” del curso pasado, las seis de pretemporada y las dos desde que arrancó la presente temporada. Lo malo es la imagen que están dando y algunas de las escenas que están protagonizando. El fichaje el pasado verano de jugadores como Carmelo Anthony, Dwight Howard, Rondo, Westbrook ha convertido el equipo en un grupo de estrellas muy veteranas que todavía no han logrado combinarse para jugar. Lo que sí han mostrado es una gran capacidad de autodestrucción. Contra los Suns, en el segundo cuarto, en un tiempo muerto, Howard y Anthony Davis tuvieron una discusión en la que llegaron a las manos. “Simplemente tuvimos un desacuerdo sobre algo que estaba sucediendo en la cancha. A los dos nos apasiona ganar y no queríamos perder. Somos adultos y ya lo solucionamos, no hay ningún problema entre nosotros”, explicó después Howard.

No fue la única imagen lamentable que dejó el encuentro. La otra la protagonizó Rajon Rondo, que señaló a un espectador con la mano en forma de pistola e hizo como si apretara el gatillo. Lo hizo una vez y y el aficionado, que estaba en primera fila, le apartó el brazo de un golpe. Entonces lo volvió a repetir. El seguidor fue expulsado del Staples Center.

Por lo demás, el encuentro fue histórico para Chris Paul, base de los Suns, ya que se convirtió en el primer jugador de la NBA que alcanza los 20.000 puntos y 10.000 asistencias. Aportó 23 y 14, respectivamente, para contribuir a ese triunfo por 115-105 que resultó engañoso ya que los Lakers, tirando de orgullo, ‘maquillaron’ el marcador tras ir perdiendo por 32 puntos (57-89) en el tercer cuarto.

Por su parte, LeBron James consiguió 25 puntos (5 de 9 en triples), Anthony Davis sumó 22 puntos y 14 rebotes, Russell Westbrook rozó el triple-doble con 15 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias, y Carmelo Anthony anotó 16 puntos. Los Lakers, que fueron eliminados por los Suns en primera ronda de los últimos playoffs, naufragaron en el tiro (39 % frente al 49 % de sus rivales).

ESPEJISMO DE INICIO

Russell Westbrook no tuvo el martes un estreno soñado con la franquicia angelina así que en este partido salió a morder. El base se reivindicó con 8 puntos en el primer cuarto -los mismos que anotó en su debut-, forzó dos faltas de Devin Booker y con su característico estilo acelerado -para lo bueno y lo malo- canalizó la energía de su equipo en el primer cuarto.

Sin noticias de Chris Paul y Devin Booker, Jae Crowder tomó las riendas de los visitantes para mantener el partido igualado (26-23) pese al mal porcentaje desde el perímetro de los de Phoenix (2 de 9).

LeBron James ha comenzado la temporada con un gran acierto desde el triple, pero en el segundo minuto del tercer cuarto sumó su tercera falta personal sobre Crowder. A partir de ahí empezó la frustración de los Lakers con los árbitros. Tanto fue así que el entrenador angelino Frank Vogel, un tipo comedido y discreto, saltó a la pista para reclamar una jugada y acabó llevándose una técnica.

En las aguas agitadas del juego entrecortado, las constantes paradas y el ritmo poco fluido, los Suns, con Chris Paul como almirante, navegaron con absoluta soltura. El base empezó a surtir a los suyos, que no solo se pusieron por delante sino que abrieron brecha (38-49).

A los Lakers, que habían perdido el norte, se les amontonaban las malas noticias, ya que Westbrook también sumó su tercera falta antes del descanso. Dos triples de Rajon Rondo despertaron a los locales, pero los Suns pudieron afrontar con tranquilidad el segundo cuarto, que ganaron por 18-34.

HUNDIMIENTO LOCAL

El segundo cuarto había sido muy flojo para los Lakers, pero lo del tercero fue aún peor. Sin plan ni en ataque ni en defensa, los angelinos solo pudieron hacer el pasillo y contemplar cómo sus oponentes se hacían los amos y señores del duelo.

Paul seguía exhibiéndose y Booker se convertía en un tormento para unos Lakers atenazados y sin respuesta. La diferencia de +32 culminó la estampida de unos Suns absolutamente brillantes y pletóricos en el tercer cuarto (23-37) y que dejaron el partido visto para sentencia antes del último parcial (67-94).

A los Lakers solo les quedaba en la mochila el corazón y la rabia y a eso recurrieron en el desenlace. Entre James, Davis, Anthony y Westbrook se las ingeniaron para recortar la distancia y los Lakers, que al menos vieron buenos minutos del joven Austin Reaves, se pusieron a sólo 9 puntos a falta de 1:21 para el final.

Los Suns quizá se relajaron en exceso, pero Booker y Paul se encargaron de despedazar la quimérica remontada de unos Lakers que al menos reaccionaron en el último cuarto (38-21).