Baloncesto

Thunder-Pacers, una final de la NBA "underground"

La lucha por el anillo enfrenta a dos de los mercados más pequeños de la Liga. El duelo entre Shai Gilgeous-Alexander y Tyrese Haliburton marca la serie

Shai Gilgeous-Alexander es la estrella de los Thunder y el MVP de la primera fase
Shai Gilgeous-Alexander es la estrella de los Thunder y el MVP de la primera faseASSOCIATED PRESSAgencia AP

En Estados Unidos se discute sobre dónde hay más nervios ante las inminentes Finales de la NBA: en los despachos neoyorquinos de la Liga o en los vestuarios de los Thunder y los Pacers. Y muchos apuestan por la primera opción. Las finales del Oeste, Thunder-Timberwolves, registraron un 17 por ciento menos de audiencia que el año anterior. Los finalistas proceden de dos mercados diminutos, Oklahoma City e Indianápolis. Ninguna de las dos franquicias está entre las 20 más valoradas, los Thunder son la 21 y los Pacers, la 22. Ninguna está en el «top 15» de salarios y ninguna de sus estrellas está entre las veinte mejor pagadas. Shai Gilgeous-Alexander, el MVP de la primera fase, está fuera del «top 30» de salarios y Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, más allá del «top 20».

Con este escenario el relato se traslada por un lado a la ejemplar construcción de un equipo aspirante al anillo, los Thunder, y a una franquicia, los Pacers, que surge en un estado que defiende la esencia del juego: «En 49 estados es sólo baloncesto, pero esto es Indiana».

En las casas de apuestas y por lo visto en la pista los Thunder son favoritos. Firmaron el quinto mejor registro histórico de la primera fase (68-14) y en playoffs apenas los Nuggets lograron hacerles cosquillas. Han promediado en sus victorias casi 13 puntos de diferencia, la mayor de la historia superando la que firmaron los Bucks campeones en 1971 con Oscar Robertson y Lew Alcindor, luego Abdul-Jabbar.

El arquitecto de los candidatos es su director general Sam Presti. Hace seis años decidió deshacerse de sus dos estrellas, Paul George y Russell Westbrook, a cambio de elecciones altas del draft y de rejuvenecer el equipo. Así fue como llegó Shai Gilgeous-Alexander. El rendimiento estuvo lejos de ser inmediato. En la temporada 2020-2021, los Thunder perdieron 50 partidos con la derrota más abultada en la historia contemporánea de la Liga, 152-79 ante los Memphis Grizzlies. El siguiente curso sufrieron 58 derrotas y en la temporada 2022-23 siguieron con balance negativo, 40-42, pero la historia empezó a cambiar. Con Mark Daigneault en el banquillo, fichado con 35 años en 2020, aparecieron Jalen Williams y Chet Holmgren. Ellos dos son ahora los mejores escuderos del base canadiense. Para redondear la plantilla y asfixiar a los rivales en defensa aparecieron Alex Caruso y el pívot Isaiah Hartenstein el pasado verano. De tal forma que el equipo defiende como nadie, no hay una pieza débil en la rotación y con 25,6 años de promedio en la plantilla es el finalista más joven de la NBA en el último medio siglo.

Para los Thunder es su segunda final después de la que perdieron en 2012 ante los Heat de LeBron James (4-1). La NBA les reconoce oficialmente el título logrado por los Seattle Supersonics en 1979, ya que son herederos de esa franquicia, pero en Oklahoma nadie se identifica con ese anillo. De hecho la bandera de aquel campeonato no cuelga del Paycom Center de Oklahoma City.

Los Pacers tampoco pueden presumir de anillo. Vuelven a unas finales 25 años después de que Reggie Miller y Larry Bird, en el banquillo, exigieran el máximo a los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal (4-2). El referente en Indiana es Tyrese Haliburton. El base fue «elegido» jugador más sobrevalorado de la NBA en una encuesta anónima que publicó «The Athletic» basándose en la opinión de 90 jugadores de la Liga. El nombramiento ha provocado un rendimiento extraordinario en los «playoffs». Su lista de acciones decisivas no para de crecer: con un triple en la prórroga del quinto partido mandó de vacaciones a los Bucks; otro triple decidió el segundo duelo con los Cavaliers tras una remontada de 20 puntos; una canasta milagrosa forzó la prórroga en el Madison en el primer capítulo de la final del Este; firmó un triple doble inédito ante los Knicks con 32 puntos, 15 asistencias, 12 rebotes y 0 pérdidas... «Algo estaré haciendo bien», dice.

Es su enésima reivindicación después de haberse proclamado campeón olímpico el pasado verano. Apenas jugó 26 minutos con el «Team USA» y en sus redes publicó una foto con la medalla y el comentario «cuando no hiciste nada en el trabajo de grupo y aún así te ponen un 10». Ahora busca la matrícula de honor con el anillo de campeón.