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Hípica
El caballo, mucho más que un actor secundario
Los equinos han sido protagonistas de numerosas producciones cinematográficas

Desde la invención del cine, el caballo forma parte de las figuras icónicas y simbólicas del séptimo arte. Pero es que antes el fotógrafo británico Eadweard Muybridge hizo en 1878 un experimento que consistió en capturar el movimiento de un caballo galopando. Colocó a lo largo de una pista distintas cámaras que capturaron fotografías de "Sallie Gardner", una yegua de carreras. El resultado fue una secuencia de 12 imágenes que dispuestas en orden conformaron la primera imagen en movimiento. Fue el predecesor del cinematógrafo de los hermanos Lumière.
El cine arrancó a principios del siglo XX y el caballo fue uno de sus primeros protagonistas. La película "The Great Train Robbery" (1903), dirigida por Edwin S. Porter, es considerada la primera película de acción estadounidense y la primera del género western. Incluye una escena con caballos en pleno atraco a un tren que fue una de las primeras apariciones de este animal en la gran pantalla.
A medida que el cine fue evolucionando, la figura del caballo se diversificó convirtiéndose en mucho más que un medio de transporte. En películas como "Centauros del desierto" (1956) de John Ford, el caballo es un compañero y una extensión del protagonista; en "El señor de los anillos", los caballos de Rohan son retratados casi como personajes.
No se puede hablar de cine y caballos sin mencionar "Spirit: El corcel indomable" (2002), una de las grandes películas de animación. Narra la historia de un Mustang que lucha por mantener su libertad abordando temas como la autenticidad y la resistencia. De manera similar, "War Horse" (2011) de Steven Spielberg pone como uno de los personajes principales a un caballo y muestra como mantiene su coraje y resiliencia en medio de la devastación de la Primera Guerra Mundial.
"Black Beauty" (1994) está basada en la novela de Anna Sewell, y también pone al caballo en el centro de la trama, de tal manera que refleja las distintas conexiones emocionales entre los seres humanos y estos animales. Tuvo un "remake" en 2020, de la mano de Disney y la directora Ashley Avis.
En el ámbito de la animación y de la mano de Disney se estrenó "Enredados" en 2010. En este tipo de películas, los caballos han sido representados con características antropomórficas que les otorgan personalidad y carisma. "Maximus" es el caballo que acompaña a los personajes principales a lo largo de la trama y encarna un carácter divertido y valiente.
Las grandes producciones épicas, como "Gladiator" (2000) o "Braveheart" (1995), recurren a la presencia de caballos para intensificar la emoción y el dramatismo de sus escenas de batalla. No serían lo mismo sin ellos con lo que se convierten en un elemento cinematográfico básico para realzar la importancia de los acontecimientos narrados.
Hay más. "Secretariat" (2010), "Seabiscuit" (2003), "Flicka" (2006), "El hombre que susurraba a los caballos" (1998), "Jappeloup: de padre a hijo" (2013)... la última es la gran producción del cine enfocado al mundo ecuestre. Grabada en buena parte en España y con muchos jinetes españoles como figurantes, Pierre Durand escribió un libro sobre su increíble historia con "Jappeloup", uno de los caballos más míticos en la historia del Salto de Obstáculos.
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