El plan del genio Messi

Leo se escapa a La Cerdanya. Conduce con Joan Manuel Serrat de fondo. Contempla las montañas nevadas del Pirineo catalán con la sensación del deber cumplido. La semana no puede acabar mejor. Por poner algún pero, su último disparo, que no entró por poco. Sólo le ha faltado marcar en el Bernabéu. Pero no se puede quejar, el objetivo está cumplido. El Madrid, eliminado de la Copa y con mínimas opciones en LaLiga. El gran rival, tocado y a punto de quedar hundido. Messi sabía que si se ganaba el miércoles, el golpe sería duro. La victoria tres días después ha sido el remate perfecto.

Sin Messidependencia. Leo desconectará unos días tras ver que el triplete cada vez está más cerca. En la montaña tendrá tiempo de coger fuerzas. Ahora falta lo más duro. Prometió a principios de temporada, estrenando el brazalete de capitán, que este año llevaría la Champions. De momento, va camino del triplete, pero Europa será una prueba muy dura, donde los fallos penalizan demasiado. Esta semana se ha demostrado que sin que el argentino esté al máximo nivel, el equipo va superando obstáculos. El miércoles fue su amigo Luis. Qué importante fue que marcara y recuperara la moral. El sábado le tocó a Ivan Rakitic, un motor en el centro del campo que le ayuda a dosificarse. Piqué abrazaba a Leo tras dejar al Madrid a 12 puntos y superar a los blancos en número de victorias globales. Messi sonríe y salta en el césped del Bernabéu dirigiéndose a los culés de la grada. Como les prometió, pinta bien.

Ese genio bajito. Y mientras sigue escuchando «esos locos bajitos», del gran Serrat, Leo planifica ya las próximas semanas. Toca centrarse en la Champions sabiendo que el equipo llega cargado de moral y confianza. Se siente ilusionado, más que nunca. Porque se ha cumplido todo lo que esperaba. El plan del genio sigue su curso.