FC Barcelona

Gijón

La sumisión de Abelardo con su amigo Luis Enrique

La Razón
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Me sorprendió el tono dulce y engolado que utilizó el Pitu Aberlado en la rueda de prensa después de la exagerada goleada al Sporting en el Camp Nou. La educación y el respeto no están reñidos con la reivindicación. La sucesión de decisiones arbitrales de Clos merece capítulo aparte: en el primer gol quedan dudas sobre si Suárez pudo estorbar en falta el despeje fallido del meta Cuéllar; el 2-0 llega en un claro y flagrante fuera de juego del delantero uruguayo cuando recibe el pase de Iniesta; y, por si fuera poco, el colegiado señaló tres penaltis muy crueles sin que le temblara el pulso, alguno de ellos injustificable y con expulsión de un defensa sportinguista.

- Amigos siempre

El Barça es un equipo muy superior al Sporting. Esto lo reconozco y lo firmaría el mismísimo «Perogrullo». Pero de ahí a la sumisión de Abelardo en la rueda de prensa posterior a un partido en el que más allá de aciertos arbitrales (pocos) o errores (muchos), hay un abismo. Entiendo que destaque sus años en Barcelona y su hermanada amistad con Luis Enrique, que viene de la infancia de ambos en Gijón. Pero, ¿qué hubiese dicho el técnico asturiano de haber sufrido un arbitraje así en otro sitio, como ya hizo en Granada?

- Cordero degollado

Allí el Sporting sufrió otro atropello y el técnico gijonés puso el grito en el cielo y perdió los papeles tras el partido. La amistad y el agradecimiento están muy bien, pero tu responsabilidad es velar por los intereses de un equipo en situación dramática y de una ciudad llorando que ve cómo peligra la permanencia en Primera División. Amigos para siempre, bien; «primero asturiano y luego catalán», como dijo en rueda de prensa, queda bien. Pero de eso a salir como un cordero degollado de tu querido Camp Nou va un trecho muy grande, Pitu...