Sevilla F.C.

¡Ole tú!: Con su santidad no hay colores

¡Ole tú!: Con su santidad no hay colores
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La previa auguraba que el sábado sería un día grande en el Pizjuán. Un Sevilla necesitado de puntos para seguir ocupando plaza Champions y que venía de una nueva victoria en Europa para meter a los míos (son los míos) en una nueva eliminatoria de nuestra competición. Enfrente un Barcelona con una insalvable diferencia de puntos en Liga y con la mente en los clásicos. Esto es lo que decía la teoría para el común de los mortales. Hasta que apareció D10S.

Exhibición

Podemos hablar de si el equipo de Valverde está mejor o peor, de la recuperación o no de Luis Suárez o de lo que ustedes consideren. Todo se queda en anecdótico cuando Leo aparece. Y el sábado no sólo apareció, sino que brindó una exhibición grandiosa.

Mi Sevilla hizo lo que pudo

El primer gol está sólo al alcance de los que están tocados por la varita, el segundo lo mete por la escuadra con la derecha, ¡sí con la derecha!, y en el tercero se pone «nervioso» y pica la pelota ante la salida de Vaclik. Mi Sevilla Fútbol Club hizo un muy buen partido. Serio. Con el estilo de nuestro entrenador, al que las lesiones en defensa le jugaron una mala pasada. No es justo hablar de que metió atrás al equipo, el empuje del Barça le obligó a recular. Imagino a Machín durante la semana dibujando en la pizarra, para que después aparezca mi «Shiquetito» y lo tire todo por tierra. En condiciones normales, con lo que ofreció el Sevilla te da para sumar los tres puntos siempre. Pero cuando aparece Su Santidad admito que aquí no hay colores que valgan, y mi caso viene como anillo al dedo. Un enfermo del Sevilla Fútbol Club como yo, ante exhibiciones como la del sábado, no tiene más remedio que rendirse a Messi..