De lo que se trataba en el partido de ayer era de volver a convertir el Santiago Bernabéu en un fortín, recuperar el miedo escénico de los rivales tras los tropiezos del arranque de temporada. Y la victoria ante el Eibar puede ser un buen primer paso. Zidane presentó un equipo con muchas novedades y un centro del campo que acompañaba a Casemiro y Modric con el talento de Ceballos y, por supuesto, con Isco y Asensio moviéndose con mucha libertad. El Madrid empezó a medio gas, como si necesitara quitarse de en medio la inseguridad de los últimos resultados en el Bernabéu. Pero poco a poco fue cogiendo el ritmo del partido ante un atrevido Eibar. Con el primer gol se quitó un peso de encima y empezó a dominar el encuentro.

Asoma Ceballos

Hubo un jugador sobre el que quise fijarme especialmente, Ceballos. Es un futbolista técnicamente de diez y su talento va a ir asomando bien conducido por Zidane. En cuanto a Cristiano Ronaldo, que va a recibir hoy otro premio «The Best» (estaré en Mega comentándolo con Pedrerol), se manejó como delantero centro ante la suplencia por rotación de Benzema. Ante una defensa de tres centrales, lo intentó, aunque aún no está fino y lo acreditó en un mano a mano que le atajó el portero visitante. Pero estará en los momentos decisivos.

El primer objetivo

En el segundo tiempo, Zizou sacó a Benzema (elogiadísimo por su entrenador la víspera) por Asensio, que se retiró en medio de una gran ovación. Y luego metió a Marcelo y Lucas Vázquez. El partido no se movió ya del guión previsto, pero el Real Madrid sentenció los tres puntos con un golazo de Marcelo tras gran jugada de Modric y de Karim. Talento puro. Que el Santiago Bernabéu volviera a ser un fortín era el principal objetivo.