Tour

El covid “retira” a Chris Froome antes de tiempo

Un positivo le ha privado al cuatro veces ganador del Tour de una bonita despedida de la carrera en la que dominó

Chris Froome, tras una etapa de este Tour
Chris Froome, tras una etapa de este TourMarco BertorelloAgencia AP

A sus 37 años y acabando contrato a finales de esta temporada, el Covid ha privado a Chris Froome de lo que podría haber sido una bonita despedida. El británico, que marchaba vigesimosexto en la clasificación general, dio positivo en un test realizado antes de la salida de la etapa de ayer: «Estoy muy decepcionado de no poder terminar y despedirme en una carrera tan especial como esta», dijo en el anuncio oficial de su abandono. Por el momento no se ha desvelado nada sobre su futuro más allá del presente año.

Lo cierto es que Froome ya no era, desde hace bastante tiempo, el ciclista que hacía temblar al pelotón. Vencedor de cuatro Tours (2013, 15, 16 y 17), un Giro (2018) y una Vuelta (2017), una durísima caída mientras reconocía la contrarreloj del Dauphiné de 2019 le provocó una fractura de fémur entre otras múltiples lesiones y puso en peligro su carrera deportiva. Una racha de viento cuando iba a 50 km por hora lo mandó contra el muro de una casa que se encontraba junto a la carretera.

El británico de origen keniata –hijo de diplomáticos del Reino Unido que se encontraban en el país africano en su nacimiento–, dominó el ciclismo en la década pasada con un estilo poco visual, desentendiéndose a veces de los ataques rivales y con la vista puesta en su potenciómetro. Fue el máximo exponente del «ciclismo científico» en los años dorados del Sky. Y quizá por eso no llegó a conectar del todo con la afición pese al gran campeón que es, aunque su ataque en la Finestre a 80 kilómetros de meta para ganar el Giro –cuando estaba a tres minutos en la general– le reconcilió con mucha parte del público.

Froome volvió a competir tras romperse el fémur, pero ya no era el mismo. Sus años 2020 y 2021 fueron testigos de la conversión de un ciclista histórico en una sombra sin alma, sufriendo en los puertos donde años atrás marcaba el paso. Sin embargo, en este Tour estaba encontrando parte de la grandeza perdida. De hecho, sólo un Pidcock imperial se interpuso en lo que pudo ser un hermoso final rematando la fuga en Alpe D’Huez. Antes de resolver su futuro, el británico estará en la salida de la Vuelta, donde espera desquitarse de este sinsabor. Ya se ha demostrado que puede volver a ser competitivo.