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Vuelta a España 25. Etapa 20

A Vingegaard no lo para ni Irene Montero

El danés sentencia la Vuelta en la Bola del Mundo con una exhibición en la subida. La ex ministra de Igualdad y la líder de Podemos, Ione Belarra, impidieron el paso de la carrera por Cercedilla

Vingegaard gana la etapa en la Bola del Mundo Javier LizónEFE

Las antenas situadas en la cima de la Bola del Mundo sirvieron en un tiempo como repetidores de televisión. Las antenas en forma de cohete en un paisaje lunar sirven ahora para señalar el camino a los montañeros. Y a los ciclistas como Jonas Vingegaard, que eligió esta montaña de la sierra de Guadarrama para sentenciar la Vuelta. Logró su tercera victoria de etapa en esta edición y el primero maillot rojo en propiedad que hoy debe ser confirmado en Madrid.

«Matar o morir» era el mandato en el autobús del UAE. De nada sirve ser segundo en un equipo acostumbrado a ganar y donde sobran los puntos para la clasificación mundial y el dinero. Y tocó morir para Almeida. Quiso hacer dura la carrera el equipo de Matxin, pero el ritmo que impuso Jay Vine en la subida a Navacerrada no consiguió mermar las fuerzas del líder. Les tocaba jugarse la Vuelta en el tramo de cemento que sube a la Bola del Mundo. Unas rampas durísimas que obligan a que alguien empuje a los corredores una vez que cruzan la línea de meta para que sigan avanzando y no se queden clavados en la línea. Tocaba jugarse tres semanas de carrera en apenas tres kilómetros, menos de un cuarto de hora de subida.

Y ahí Vingegaard fue más fuerte que nadie. Almeida probó a marcar el ritmo; también Hindley para superar a Pidcock en su pelea por el tercer puesto del podio. Pero nada cambió hasta que atacó Vingegaard. El danés se fue sin que nadie pudiera oponer resistencia. Miraban todos desde lejos cómo marcaba distancia con el resto.

Una de las preocupaciones de los corredores es que las protestas no alteraran el resultado deportivo. Y eso no ha pasado. Vingegaard ha sido el más fuerte durante toda la carrera. Ganó la segunda etapa, con final en la subida a Limone, y la penúltima en la Bola del Mundo. El mejor de principio a fin.

Para el danés las dificultades no estaban en la Bola del Mundo. Estaban a falta de 17 kilómetros para el final de la etapa, al paso por Becerril de la Sierra, donde un grupo de manifestantes cortaba la carrera con una sentada. Los ciclistas lo sortearon como pudieron. El primero, Mikel Landa, que intentó la aventura en solitario para poner un poco de épica en una carrera que ha estado marcado por los extradeportivo. Landismo en su máxima expresión.

Tampoco tuvo dificultades el grupito que lo perseguía. Los manifestantes ocupaban una rotonda, pero dejaban uno de los laterales como escapatoria. Y por allí pasaron todos hasta que en el siguiente grupo Carlos Canal se quedó cortado.

La Policía contuvo la protesta sin que alterara el desarrollo de la carrera, aunque los manifestantes quisieron correr hacia ese lado para cortar el paso de los ciclistas.

Antes la etapa ya había tenido que ser recortada por las protestas. Se anuló el paso por el centro de Cercedilla porque un grupo de personas impedía el paso de los ciclistas. Entre ellas estaban la exministra de Igualdad, Irene Montero, y la líder de Podemos, Ione Belarra.

La Vuelta esquivó el paso por Cercedilla y la carrera continuó con normalidad mientras las dos políticas discutían con los agentes de las fuerzas de seguridad.

Una vez salvadas Irene Montero, Belarra, y la sentada, a Vingegaard sólo le faltaba llegar a la Bola del Mundo. Un final que tenía todo el sentido después de que la etapa naciera en Robledo de Chavela, donde una estación de la Nasa recibió en 1969 la primera comunicación de que el hombre había llegado a la Luna.

La hazaña de Jonas Vingegaard no fue tan grande, pero debe de parecérselo después de lo que ha vivido en esta Vuelta.