Londres
De los recortes a la final
Mario Pestano, capitán del equipo español y que se planteó la retirada por problemas económicos, alcanza la final de disco junto a Frank Casañas
MOSCÚ- Mario Pestano, capitán del equipo español en los Mundiales, competirá hoy en la final de disco con Frank Casañas pocos meses después de plantearse la retirada por problemas económicos. Los dos discóbolos españoles se colaron entre los doce mejores de la disciplina y su objetivo ahora será confirmar la condición de finalistas, estar entre los ocho primeros.
El canario tuvo que esperar una hora y media para saber si su marca de 62,80 metros le bastaba para pasar a la final, pero la espera terminó bien: clasificado con suspense para el concurso definitivo después de una temporada en la que estuvo muy cerca de dejarlo todo. Al no alcanzar buenos resultados en los pasados Juegos, Pestano dejó de cobrar las ayudas de las becas ADO. En su lugar percibe, entre abril de 2013 y junio de 2014, la «Beca Olímpica A», una ayuda de menor cuantía para deportistas de segundo nivel y con eso no tiene suficiente.
Pestano, presente por octava vez en unos campeonatos del mundo –es un fijo desde Sevilla'99–, llegó a Moscú con el objetivo de «estar entre los diez mejores del mundo» porque a su juicio «hay un nivelazo increíble». Hasta ahora su mejor resultado fue el octavo puesto de París 2003. Con 35 años, Pestano ha tenido este año molestias en la espalda y advirtió de que no llegaba al ciento por ciento a Moscú. La marca de acceso a la final era de 65,00 metros, y empezó con un tiro de 62,80. En el segundo, bajo de vuelo, se quedó en 61,79, y terminó con 62,15. «Ahora, a esperar, a comerme las uñas viendo el segundo grupo, en el que hay gente muy fuerte», comentó después de su concurso. Al cabo de una hora y media pudo respirar tranquilo. Su marca era la décima y pasaban doce. El discóbolo canario no quiso poner excusas. «Me levanté a las cinco de la mañana, seguro que los del segundo grupo no, pero eso no es excusa. Las calificaciones por la mañana siempre son duras, pero se compite muy bien, el círculo es estupendo, todo positivo».
Hoy, su objetivo se reduce a quedar «entre los 10 mejores del mundo», para lo cual le bastará con superar a dos finalistas. «Si lo consigo será un gran logro para mí, sobre todo este año», afirmó.
Casañas, de 34 años, quinto en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y séptimo en los de Londres 2012, competía por segunda vez en unos Mundiales. En los de Berlín 2009, con una marca de 61,10, no superó la ronda de calificación. Hoy, con 63,17, volvió a meterse en el concurso decisivo, que como el de Pekín tendrá dos españoles entre los mejores.
El alemán Robert Harting, máximo favorito, encabezó el ranking de finalistas con un lanzamiento de 66,62.