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El Camp Nou, habitual aquelarre independentista

En las gradas del estadio azulgrana suelen ser habituales las pancartas reivindicativas. El 1-O de 2017 se jugó a puerta cerrada un Barça-Las Palmas en protesta por lo sucedido en el falso referendum

Pancarta en el Camp Nou en el último partido de la Champions, Barça-Inter
Pancarta en el Camp Nou en el último partido de la Champions, Barça-Interlarazon

La sentencia del procés llegó 12 días antes de la disputa del Barcelona-Real Madrid de Liga, uno de los grandes acontecimientos deportivos no ya de España, de todo el mundo. Un partido con una audiencia potencial de 650 millones de personas, un caramelo para quienes están reventando las calles de Barcelona. Para el mismo 26 de octubre, día del clásico, había convocada una manifestación y por eso, por «causas de fuerza mayor», indican, se ha movilizado la LaLiga.

Lo que se teme es una jornada de violencia, no de reivindicaciones, ya que eso es complicado que no suceda. El Camp Nou se ha convertido en un escaparate habitual de los defensores de la independencia, aunque es cierto que nunca se han registrado incidentes graves por este motivo. Desde hace años, en el minuto 17 y 14 segundos de cada parte de los encuentros se escucha el grito: «I-inde-independencia». Se hace en ese momento por el año 1714, en el que Barcelona cayó en la Guerra de Sucesión, concretamente el 11 de septiembre, fecha en la que se celebra la Diada. En ese momento el estadio se suele poblar se banderas esteladas, el símbolo de la independencia de Cataluña. También se han escuchado alguna vez pitos en respuesta, pero minoritarios. Precisamente las esteladas le costaron al Barcelona varias multas de la UEFA, que no permite en sus partidos símbolos de «naturaleza política, ideológica, religiosa, ofensiva o provocativa». Finalmente, el Barça y la UEFA llegaron a un acuerdo y las banderas continúan en las gradas. Lo que se pita en el Camp Nou ahora es el himno de la Champions.

La entidad azulgrana siempre apela a la “libertad de expresión” de sus socios para defender que en la grada pueda haber banderas independentistas o de otro tipo. También se exhibe en el templo barcelonista con frecuencia la pancarta: “Catalonia is not Spain” o se ha pedido libertad para los “presos políticos”. Sin ir más lejos, en el último duelo de la Liga de Campeones contra el Inter desde una parte de la grada se lanzó el mensaje, en inglés: “Sólo las dictaduras encarcelan a líderes políticos pacíficos”. Era el 2 de octubre, dos años después del 1-O de 2017.

El Barcelona se manifestó en un comunicado después de la resolución del pasado lunes. "Desde la defensa de la libertad de expresión y del derecho a decidir”, habla de que la “prisión no es la solución” y pide “la liberación de los líderes cívicos y políticos condenados». «La resolución del conflicto que vive Cataluña pasa, exclusivamente, por el diálogo político”, añaden. El 1-O de 2017, día del referendum ilegal que ha tenido como consecuencia todo lo sucedido ahora, se jugaba en el Camp Nou el Barça-Las Palmas de Liga. La intención del club era que se suspendiera, pero no todos los jugadores estaban de acuerdo y el castigo deportivo iba a ser importante (tres puntos por el partido perdido más otros tres de sanción), y entonces la decisión fue disputarlo a puerta cerrada. “Para que el mundo entero vea cómo sufrimos en Cataluña”, aseguró el presidente Bartomeu, en referencia a las cargas policiales de ese día. La decisión no dejó conforme a nadie: para los de un lado les parecía poco y los que, con una entrada en la mano, se quedaron sin ver el partido protestaron porque no entendían que por un tema político, una vez que la seguridad estaba garantizada, se optara por esa solución.