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El entrenador que hacía ladrar a sus jugadores

La Volpe, amante de la filosofía oriental Feng Shui, dirige al América. No saludará a Zidane antes del partido por superstición.

La Volpe, en el último entrenamiento del América en Yokohama
La Volpe, en el último entrenamiento del América en Yokohamalarazon

La Volpe, amante de la filosofía oriental Feng Shui, dirige al América. No saludará a Zidane antes del partido por superstición.

Ricardo La Volpe, el entrenador del América de México, rival hoy del Madrid, no saludará a Zinedine Zidane, su homónimo en el banquillo del equipo español. No es por una cuestión de mala educación. Es un tema más profundo, de superstición. «No sé si te están dando la mano o te están pasando la malaria», explicó cuando tampoco tendió la mano a Miguel Herrera, su amigo, aunque rival ese día, en un encuentro de la liga mexicana contra el Xolos de Tijuana. «¿Saludar al técnico antes del partido? ¿Desde cuándo se saludan en Europa?», dijo ya en Yokohama en la previa del duelo contra el campeón de Europa.

No es ésa la mayor excentricidad de un entrenador amante del Feng Shui, una filosofía oriental con más de 4.000 años de historia que habla de la energía del universo y de cómo nos puede afectar. Antes que técnico fue portero. Incluso llegó a proclamarse campeón del mundo con Argentina en 1978, aunque no disputara ni un minuto, siempre a la sombra de Fillol e incluso de Héctor Baley. La Volpe era el tercer guardameta de esa selección. Como futbolista hizo casi toda su carrera en México y ahí empezó su enemistad, que dura hasta hoy, con Hugo Sánchez. El delantero jugaba en el Pumas y le marcó un gol de chilena. «Ha sido bello, pero ni en 100 años me marcaría otro igual», le retó el portero del Potros del Atlante. En el partido de vuelta de ese mismo campeonato, Hugo le hizo otra tanto de la misma manera.

En el país azteca también comenzó su leyenda como entrenador, aunque apenas haya ganado un título en 33 años. Incluso se habla del «lavolpismo» como una corriente futbolística parecida a la de Menotti, en la que el balón es el principal protagonista. «Queremos competir de igual a igual. Cuando no tengamos la pelota vamos a respetarlos y a estar bien parados, pero cuando la tengamos trataremos de ser agresivos y ofensivos y de buscar las pequeñas carencias que tienen estos grandes equipos», analizó su duelo con el Real Madrid. Es su segunda etapa al frente del América. En Argentina, sobre todo en Boca, no se tiene buen recuerdo de él. Apenas lo dirigió trece partidos en 2006 y perdió una liga que tenía prácticamente ganada. En ese tiempo secuestraron a su perro Hanko y entró en depresión. Incluso dio una recompensa y un número de teléfono para que se pusieran en contacto con él si había noticias. Antes había entrenado a la selección de México, desde 2003 a 2006, incluido el Mundial de Alemania, en el que perdió en octavos. Uno de los internacionales de esa época, Jesús Arellano, desveló algunas de sus tácticas a través de las redes sociales. «En la Copa América de Perú, nos puso a jadear como perros, porque los perros así sacaban las malas vibras. Ja, ja, ja, ja. Mi compadre Carmona y yo nos cagamos de risa. Hasta que nos sacó del cuarto». Y más: «Un día con una chamana o algo así nos llevaron a las pirámides de México a recargar energías. Estábamos como “güeyes” soplando hacia el sur y hacia el norte con los ojos cerrados». La «chamana» es Caty Camacho. «La llaman vidente, pero es psicóloga. Y arquitecta. Estudió en China lo que es el Feng Shui. Lean un poco, porque, sin ofender, en Oriente todo se hace a través de orientaciones», la defendió La Volpe el día de su presentación en el América. Allí no cuenta con los consejos de Caty: «En estos momentos no la necesito».