Balonmano

Ferrán Solé: «Hemos venido aquí a por el oro»

Los Hispanos, con una mezcla de veteranos y debutantes como Solé, buscan hoy ante Suecia (20:30, Tdp) el primer oro europeo

Ferrán Solé durante un partido
Ferrán Solé durante un partidolarazon

Los Hispanos, con una mezcla de veteranos y debutantes como Solé, buscan hoy ante Suecia (20:30, Tdp) el primer oro europeo.

Cuando la Selección de balonmano perdió su primera final en un Europeo, Ferran Solé no había cumplido 4 años. Era 1996 y el equipo que lideraba Talant Dujshebaev no pudo son Rusia. La historia se repitió en 1998, en 2006, cuando España ya tenía su primer título mundial, y en 2016, siendo bicampeones universales. El fantasma del oro en los Europeos debe acabar hoy ante Suecia. Así cuenta Solé, debutante con la Selección, lo vivido hasta ahora y lo que queda por vivir.

¿Cómo durmió después de derrotar a Francia?

Siempre me cuesta dormir después del partido. Me quedé despierto hasta las tres o así porque no me entraba el sueño. También estuve hablando con los compañeros hasta tarde, estábamos con la euforia y la adrenalina a tope aún. Vi el partido repetido con Aitor [Ariño], las jugadas que habíamos hecho...

Tenían estudiada a Francia...

Salimos con la misma actitud que contra Alemania, con la intención de no soltar el pie del acelerador, y se notó. A la mínima que los franceses bajaban un poco, estábamos ahí para coger más margen. Ésa fue la clave, estar todos apoyando al equipo al ciento por ciento, incluso la gente que estaba en el banquillo. Estos partidos yo creo que los gana el equipo que está más metido.

¿Cuál es la sensación: «Ya tenemos la plata» o «el trabajo no ha terminado»?

Yo creo que el trabajo no ha terminado. Sí tenemos la plata, pero no hemos venido aquí para ganar la plata, hemos venido para el oro, y ahora nos ha tocado Suecia. Es un rival con el que podemos compararnos un poco por la trayectoria, porque los dos hemos perdido partidos en la fase de grupos, y quizá esas derrotas nos han unido más y hemos salido más fuertes. Aunque como nosotros quizá no tenga tantas estrellas como Dinamarca o Francia, está jugando bien, son jóvenes y con actitud.

¿Cómo se les puede ganar?

Va a pasar por defender. Los equipos nórdicos son técnicamente muy buenos, pero a veces cuando se les pone en problemas, toman malas decisiones y cometen errores. Hay que buscar eso: defender con intensidad para que no estén cómodos y conseguir robos de balón que nos puedan favorecer y que nos permita marcar goles al contraataque, que son muy útiles.

¿La sensación de buen rollo que transmite el grupo es cierta?

Sí, sí. En parte me sorprendió, porque cuando a veces te hablan de jugadores de este nivel crees que tendrán un ego muy alto y realmente cuando los conoces son gente muy cercana, humilde, que trata de ayudarte. No hay nadie que vaya a su aire. Desde el primer día a mí y a todos los nuevos nos han acogido muy bien.

La adaptación a los sistemas también ha sido perfecta...

Ahí también tiene parte de ayuda Jordi [Ribera], porque nos deja mucha libertad para el juego. Y luego, por supuesto, con estos compañeros, que son muy buenos, cuando ellos lo hacen tan bien es más fácil adaptarte y hacerlo tú bien con ellos.

De hecho, usted es el máximo goleador (31) del equipo...

Venía a aportar lo que pudiera, a apoyar a los compañeros, no esperaba tener un rol tan importante. Estoy muy contento, ahora sólo falta ganar ese oro para que este Europeo sea perfecto.

¿Y el desparpajo que muestra?

–No lo sé. Al final siempre he sido un jugador tranquilo. No me pongo mucha presión. Intento jugar aquí como juego en mi equipo –el Toulouse francés– y como he jugado siempre. El grupo también me lo pone fácil, porque me ha permitido jugar como quiera y todos nos adaptamos a todos.

Es un extremo atípico...

–Sí, sobre todo por mi condición física. Quizá soy un poco más alto que la mayoría de extremos y eso me permite tirar de 9 metros, a veces jugar de lateral. Quizá no soy el extremo técnicamente mejor, pero trato de compensarlo con las otras cualidades que tengo.

La entrada de jugadores como usted demuestra que, pese a la crisis, sí hay relevo...

La crisis sí que afectó mucho económicamente a los clubes, pero también permitió que al no poder fichar a jugadores extranjeros llegaran oportunidades a los jóvenes. Yo quizá debuté más temprano en el Granollers por eso, porque tuvieron que apostar por gente de la casa, y a los jóvenes les viene bien empezar a jugar a un nivel alto cuando tienes 18 o 19 años. Fue muy negativo, pero también tuvo deportivamente sus ventajas.