Hípica
Fritz, el rescate milagroso de un caballo en Halloween
La salvación de un caballo de la policía el 31 de octubre de 1989 permanece en la memoria colectiva de la ciudad de Boston

Hace treinta y seis años, un caballo de la Policía de Boston protagonizó una historias que permanece en la memoria colectiva de la ciudad de la Costa Este de Estados Unidos. El 31 de octubre de 1989 Fritz, un caballo de la policía, cayó en un agujero de construcción en plena calle. Aquel suceso acabó convirtiéndose en una muestra de humanidad sin precedentes.
Frank Pomodoro estaba dentro de la vieja comisaría del distrito D-4. Su caballo Fritz esperaba tranquilo en la calle. La rutina se rompió en segundos. Un transeúnte irrumpió en la comisaría gritando que el caballo había desaparecido bajo la calzada. La tapa de acero que cubría una zanja de obras había cedido, y el animal, de más de 600 kilos, se precipitó al vacío.
Frank salió corriendo y al llegar vio que sólo la parte delantera del cuerpo de Fritz era visible. Se temió lo peor. En el mundo hípico, una fractura de pata suele significar el final, y el agente pensó que estaba a punto de perder a su compañero de tres años de servicio. Pomodoro se arrodilló junto al animal y decenas de personas se acercaron al lugar. "Perfectos desconocidos vinieron a ayudar, incluso un tipo al que yo mismo había arrestado tiempo atrás", recordaría el agente.
Los bomberos llegaron poco después, y con ellos una cuerda que ataron alrededor de Fritz para evitar que se deslizara aún más hacia el interior del agujero. La cuerda cruzaba toda la calle, sostenida por una veintena. "Lo acariciaba y le hablaba al oído. Sólo pensaba en que no se asustara, que aguantara un poco más", relató Pomodoro. Pero hacía falta algo más. Apareció una grúa de una empresa local, Shaughnessy & Ahearn, y con un arnés improvisado elevó lentamente al caballo. Cuando Fritz pisó de nuevo el asfalto, salvo un corte en una de sus manos estaba casi ileso. "Sólo necesitó tres semanas para volver al servicio", afirmó Frank. Su imagen arrodillado junto a su caballo se convirtió en símbolo de una ciudad que, por un día, se unió para salvar a un animal.
Hoy, Frank Pomodoro sigue vinculado al cuerpo de policía, ahora como detective en la Unidad de Violencia Doméstica. "Nunca olvidaré la compasión que vi ese día. Gente que no se conocía, trabajando juntos solo para salvar a un caballo. Me enseñó más sobre humanidad que cualquier otra experiencia en el cuerpo", apunta.
Desde entonces, las medidas de seguridad en zonas de obras se reforzaron, y la historia de Fritz quedó como recordatorio de lo que significa realmente el compañerismo entre un jinete y su montura.

