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Villa, Suárez, Griezmann... El Barcelona es la mejor cantera del Atlético

David Villa y Luis Suárez ganaron la Liga vestidos de rojiblanco tras ser descartados por el Barça. Griezmann es otro «regalo» desde el Camp Nou que pone la guinda a la plantilla de Simeone

Griezmann jugó con Francia ante Bosnia después de firmar su regreso al Atlético
Griezmann jugó con Francia ante Bosnia después de firmar su regreso al AtléticoGONZALO FUENTESREUTERS

Los aficionados del Atlético que sean amantes de las cábalas pueden empezar ya a celebrar el título de Liga. La llegada de Griezmann desde el Barcelona garantizaría ese título, teniendo en cuenta que David Villa y Luis Suárez lo levantaron a la primera después de hacer el camino que ahora emprende el futbolista francés. Otro descarte azulgrana que se convierte en un «regalo» para Simeone, más envenenado incluso por ser un futbolista que regresa después de dejar 120 millones en caja y lo hace con dos años de cesión en los que «sólo» tendrán que pagarle el sueldo. Y después de ese tiempo, la cláusula de recompra es de 40 millones, una ganga teniendo en cuenta que no es un futbolista veterano ni lleno de achaques físicos. Tiene 30 años y seguramente estará entre los ocho mejores atacantes del momento. Un negocio ruinoso para el Barcelona en lo futbolístico, aunque sea el control financiero y la necesidad de rebajar la masa salarial lo que le lleve a tomar esta decisión a la directiva de Laporta.

Pesa más la angustia económica que el miedo a que, una vez más, un descarte azulgrana se convierta en una pesadilla y que les quite la Liga jugando para uno de los enemigos más íntimos, como ya sucedió en el pasado con Villa y Suárez. En el cierre más loco del mercado de verano que se recuerda, los aficionados de los dos equipos alucinaban con las noticias que se iban sucediendo.

Los barcelonistas no entendían cómo, después de perder a Messi, ahora se marchaba el otro atacante con más clase que tenían, por mucho que en estas dos temporadas no haya rendido nunca al nivel que le llevó a ser comprado por el Barcelona. El cambio, además, es por De Jong, al que Julen Lopetegui consideraba en Sevilla su tercera opción en ataque y que sólo tiene el crédito de Koeman, que lo conoce de la selección holandesa y sí lo quería. El trueque suena a derrota en el Camp Nou y todo lo contrario sucede en el Metropolitano.

La vuelta de Griezmann es una de las grandes aspiraciones de Simeone, amigo personal de Antoine y que siempre ha creído que si volvía podía darle un salto de calidad al equipo. Muchos coinciden es que su llegada, junto a la permanencia de Joao Felix, hace que la plantilla actual sea la mejor y más completa de la historia del club. Esa plantilla es la vigente campeona de Liga y, además, se ha reforzado tan bien o mejor que sus competidores.

La fea manera en la que Griezmann se marchó es la única pega en esta operación para el Atlético. La grada está dispuesta a celebrar sus goles, pero también tiene decidido que lo primero que le va a dedicar es una pitada, para recordarle cómo los dejó tirados y jugó con ellos con aquel documental en el que anunció que se quedaba para un año después marcharse definitivamente.

Le tocará volver a ganarse la confianza, algo que no será difícil por tener a Simeone de su lado, capaz de convencer a toda la hinchada sólo con un gesto. El francés va a necesitar tiempo para ser perdonado del todo, aunque si juega bien y marca goles todo será mucho más sencillo. Eso hizo en el pasado David Villa, que salió del Barcelona para apurar su carrera y resulta que todavía tenía mucho fútbol que dar. Una única temporada le bastó para ganar la Liga y lo que es peor, hacerlo en el último partido y en el Camp Nou, con aquel empate a uno que supo a gloria a los rojiblancos y a injusticia arbitral a los locales. Muy cerca estuvo el delantero asturiano del doblete, porque estaba en Lisboa en la final de la Champions que Ramos cambió de signo con su cabezazo en el minuto 93.

Se suponía que el físico del «7» ya no era suficiente para rendir en el Barcelona, la misma razón por la que el año pasado salió Luis Suárez. Fue despedido fulminantemente en contra de la voluntad de su gran amigo Messi y vendido al Atlético por 7 millones de nada. Una conversación entre el uruguayo y el Cholo fue suficiente para convencerlo de que sus goles les darían un salto de calidad. Y algunas de sus dianas sirvieron para levantar al Atlético cuando estaba hundido y acabar ganando la Liga. Una historia que ahora se puede repetir con Griezmann, que se va del Barça tras 102 partidos, que le han salido al club a más de un millón tras los 120 que pagó por él.