Selección

Nostalgia de Sergio Ramos y de Piqué

Luis Enrique defiende a sus centrales, especialmente a Eric García y Diego Llorente, señalados tras los últimos partidos

Diego Llorente
Diego LlorenteAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Las últimas conferencias de prensa de Luis Enrique se han convertido en una firme defensa de sus centrales. Primero fue Eric García, señalado después de su error en el segundo gol de la República Checa, y después, Diego Llorente. Son dos apuestas personales del seleccionador, que los defiende en público, consciente de que algunos de los más vulnerables del equipo para la afición.

«Eric es un jugador maravilloso. Con la edad que tiene tiene una personalidad, una experiencia enorme. Eric es un jugador espectacular y mientras yo piense así y sea seleccionador y siga a este nivel seguirá viniendo a la selección», decía el seleccionador antes del partido contra Suiza en defensa de Eric García.

Diego Llorente también tuvo un error ante los suizos que pudo haber costado el gol del empate. Pero el seleccionador es igual de vehemente en su defensa. «Viene porque sé mucho de fútbol y siempre cojo a los que considero mejores. Diego Llorente ha hecho dos partidos con una contundencia, con una personalidad para salir jugando con el balón, con una pausa... Me ha gustado mucho, tanto él como Pau han sido los primeros que nos han generado la superioridad porque ellos sólo jugaban con un punta. Hemos encontrado muchas veces a Busi, que es fundamental, hemos encontrado muchas veces a Morata», explicaba el seleccionador.

España ha echado de menos también a Aymeric Laporte. Su nacionalización fue una petición de Luis Enrique para reforzar una de las zonas donde menos opciones tenía para elegir. El central del Manchester City se hizo imprescindible en seguida, aunque a veces España haya tenido que recurrir a jugar con dos centrales zurdos. «Eric es el primero que sabe que si hubiera dos o tres jugadores mejores que él en la selección no vendría, pero como no los veo y a mí me encanta Eric, adelante con los míos», explicaba Luis Enrique hace días. Pero no le sobraban los centrales y por eso fue a buscar a Laporte.

Luis Enrique protege a sus centrales mientras España echa de menos los tiempos en los que vivía segura con Piqué y con Sergio Ramos. Dos veteranos que lo normal es que no vuelvan a vestir la camiseta de la selección, aunque su sombra sigue siendo alargada.

Piqué abandonó el equipo nacional después del Mundial de Rusia en 2018, pero son varias las ocasiones en que a Luis Enrique se le ha preguntado por la posibilidad de su regreso. «Si es español y quiere venir, soy todo oídos», ha dicho el seleccionador.

Piqué, según reflejan los audios publicados por «El Confidencial», le pidió a Luis Rubiales que le hiciera un hueco en la selección olímpica para Los Juegos de Tokio. «Ésta me la tienes que hacer. Rubi», le pedía. Y la respuesta del presidente de la Federación era que donde le hacía falta era en la absoluta.

Sergio Ramos era el hombre de confianza del seleccionador, su apoyo en el vestuario. Hasta que se lesionó contra Kosovo en marzo del año pasado y ya no regresó. Su etapa en la Roja parece finalizada, pero no ha estado sano un periodo de tiempo suficiente para confirmar si tiene sitio en la selección de Luis Enrique.

«Para nosotros era un jugador espectacular. Pero el año de la Eurocopa es muy complicado para él, jugando poco y con lesiones. Ojalá Sergio hubiera podido ir a la Eurocopa, pero habría muchas dudas con él. Los hechos al final corroboraron que había sido una buena decisión. No tengo ni idea de lo que pasará en el futuro, pero no tiene las puertas cerradas. Luis Enrique no es tanto. Si Sergio vuelve a su nivel podrá volver. Sergio y cualquier otro jugador español», ha explicado en Radio MarcaJesús Casas, antiguo ayudante de Luis Enrique en la selección.

Ramos nunca se ha despedido de la selección y su deseo, como manifestó inmediatamente después de la eliminación en el Mundial de Rusia era llegar a Catar 2022. «Aunque sea con la barba blanca», decía.

Por el momento su regreso no parece probable y España tiene nostalgia de tiempos mejores.