Abusos

La polémica razón por la que la víctima de Dani Alves ha renunciado a una indemnización económica

La joven tiene derecho a ser recompensada por daños y perjuicios. Su renuncia ha generado un intenso debate en redes sociales

El presunto abuso sexual del ex futbolista del FC Barcelona, Dani Alves, a una joven el pasado mes de diciembre en una discoteca de Barcelona sigue generando un intenso debate. Nadie habla de otra cosa desde hace días. El ex futbolista del Barcelona Dani Alves, ingresaba el pasado viernes en prisión provisional sin fianza tras declarar ante el juez por una presunta agresión sexual. La joven, que compareció antes que el jugador, aseguró que la abofeteó, la encerró en el baño de la zona VIP de la discoteca Sutton de Barcelona y la violó. El jugador se encuentra en prisión provisional sin fianza porque, según algunas informaciones, al tener doble nacionalidad española y brasileña y no existir tratado de extradición con Brasil, se teme que viaje a su país y no vuelva.

Este caso ha conmocionado a la opinión pública por la relevancia del acusado pero si hay algo que ha generado un intenso debate en redes sociales ha sido la renuncia de la víctima a cobrar una indemnización económica. Algo, que según Pablo Iglesias es un fracaso social que afianza la cultura de la violación.

No es la primera vez que se lograr salir indemne de casos similares previo pago de una importante suma de dinero y eso es lo que la víctima quiere evitar.

La joven de 23 años decidió renunciar ante la jueza que investiga el caso, a ser indemnizada por el jugador, según fuentes de la investigación. Pese a que la magistrada le recordó que tiene derecho, en caso de condena, a ser resarcida económicamente por las lesiones y los daños morales sufridos, la mujer renunció explícitamente a ejercer ese derecho porque su objetivo, según explicitó, es que se haga justicia y que el exjugador del Barça pague con la cárcel por lo ocurrido.

La declaración de la joven fue desgarradora pero sobre todo “contundente y sin contradicciones”. Algo que contrasta con el jugador brasileño que ha ofrecido tres versiones diferentes de los ocurrido. Empezó asegurando que no conocía a la chica, luego reconoció que sí, y finalmente también dijo que mantuvieron relaciones sexuales de manera consentida.

Miedo a no ser creídas

¿Pero por qué ha renunciado la víctima? Lo único que persigue la joven es que su versión sea “más válida, más creíble”. El hecho de que el acusado sea famoso y rico acrecienta el miedo de la mujer que denuncia a no ser creída y su única baza reside en demostrar que su objetivo no es económico. Y es que el estereotipo del interés de la víctima suele ser el relato habitual utilizado por las defensas de los acusados por violencia sexual para desacreditar a la víctima.

Así lo vimos recientemente en el caso de Santi Mina, cuando su defensa presentó un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) contra la condena a cuatro años de prisión para Mina asegurando que la víctima “exigió en un primer momento cuatro millones de euros” y “en un segundo momento, 400.000 euros, para retirar” la denuncia por abuso sexual. Durante la vista oral, la estrategia de la defensa de Mina fue dirigida a desacreditar el testimonio de la víctima y a cuestionar la ausencia del consentimiento en la relación y en el recurso fueron más allá subrayando un chantaje de la víctima para conseguir dinero.

La propia mujer de Dani Alves dejaba entrever algo similar. “Yo he visto muchas veces como mujeres se acercan al reservado, atrevidas, a intentar algo con mi marido en mi cara. Si lo hacen en mi presencia no me quiero imaginar cuando yo no estoy. Ya sabemos lo que buscan”, aseguró Joana Sanz tratando así de quitar veracidad a lo que dice la mujer demandante.

La justicia dirimirá quién dice la verdad pero, de momento, en este caso se ha vuelto a demostrar que muchas víctimas de violencia sexual renuncian a la reparación económica que necesitarán para costear años de terapia y otros gastos derivados de la agresión con el mero objetivo de conseguir que el acusado sea condenado.