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Fragilidad

Lo nunca visto en la era Simeone

En las diez temporadas que ha comenzado el Cholo como técnico del Atlético no había recibido tantos goles en las trece primeras jornadas

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El empate en Mestalla, con dos goles encajados en el tiempo añadido, ha puesto al Atlético en la situación más vulnerable desde que el Cholo Simeone se sienta en el banquillo rojiblanco. Desde las Navidades de 2011 no se había visto un equipo rojiblanco tan desequilibrado y tan frágil atrás. Con los tres goles encajados ante el Valencia, dos de ellos en el tiempo extraordinario merced a errores defensivos y el oportunismo de Hugo Duro, son 13 los goles recibidos por el Atlético en 12 encuentros ligueros.

Nunca en las diez temporadas que ha comenzado Simeone como entrenador desde que llegó al equipo había recibido tantos goles el Atlético en las trece primeras jornadas. Más aún si se tiene en cuenta que, a diferencia de los guarismos de las anteriores, en esta campaña ha encajado esos 13 tantos en 12 partidos, ya que tiene aplazado su duelo contra el Granada. Sólo se le acerca la campaña 2014-15, la del reajuste tras el primer título liguero y la primera final de Liga de Campeones perdida en Lisboa, cuando recibió 12 tantos en 13 jornadas. O la primera campaña completa (2012-13) y la posterior a la otra derrota europea en Milán (2016-17): en ambas encajó 11 tantos en las primeras 13 jornadas.

Nada que ver, por ejemplo, con el inicio del curso pasado que le permitió cuajar una primera vuelta de récord con 50 puntos. En esas 13 primeras jornadas -que empezaron con zozobra con dos empates sin goles en Huesca y contra el Villarreal- solo recibió cinco tantos y marcó 24.

En otros arranques sólo concedió un gol más (seis en la 2015-16 y 2017-18), y hay al menos otras tres campañas más en las que recibió menos de diez tantos en los primeros trece partidos (8 en la 2019-20, y 9 en las 2013-14 y 2018-19).

Simeone lleva semanas insistiendo en la dificultad de encontrar un equilibrio entre su línea defensiva y la gran variedad de recursos de los que dispone en ataque. Sin embargo, cuando parece que va hallando ese equilibrio, por el momento sustentado en alinear dos medios, como Koke y De Paul, y tres delanteros como Luis Suárez, Antoine Griezmann y Ángel Correa o Joao Félix, se ha topado con otro problema: la vulnerabilidad de su defensa.

Errores colectivos, pero también en muchos casos individuales, han lastrado al equipo en los últimos encuentros. En la última jornada, una mala salida de balón de Kondogbia derivó en la recuperación valencianista que provocó el 2-3 de Hugo Duro, quien se adelantó a Mario Hermoso. Unos minutos después, el “19″ valencianista volvió a anticiparse, esta vez de cabeza, a Stefan Savic. Dos tantos que arruinaron un buen partido rojiblanco.

Unos días antes, en la Champions ante el Liverpool, los errores de Felipe Monteiro y Hermoso facilitaron los goles del conjunto inglés, que en ese partido fue muy superior al Atlético (0-2). Semanas antes fue la mala suerte, en forma de mano involuntaria de Renan Lodi, la que privó de dos puntos al Atlético en campo del Levante (2-2), o un penalti evitable de Hermoso sobre Salah que provocó la primera derrota contra el Liverpool en el Metropolitano (2-3).

Simeone sorprendió en la sala de prensa de Mestalla arrogándose la culpa de los dos puntos perdidos. “Muchas veces el entrenador suele acertar, y esta vez el entrenador falló, y al fallo del entrenador, la consecuencia de los últimos cinco minutos”, dijo el técnico. El Cholo no quiso precisar en qué decisión en concreto se equivocó, pero en esos cinco minutos sustituyó a Rodrigo de Paul, sostén del mediocampo rojiblanco hasta el momento, y a Luis Suárez para dar entrada a Héctor Herrera y Joao Félix. Kondogbia ya llevaba sobre el césped 12 minutos por entonces.

Lo cierto es que los minutos finales que salvaron al Atlético en Cornellá contra el Espanyol (1-2) o en Getafe (1-2) han pasado a suponer perder puntos tanto contra el Levante (2-2) como contra el Valencia (3-3). El Atlético es frágil atrás, y eso es un dilema desconocido en la era Simeone. Tiene un parón de selecciones por delante para encontrar las causas, tomar decisiones y poner remedio.