Liga de Campeones
El Atlético se queda a medias (1-1)
Un gol de Joao Félix a los ocho minutos le puso por delante Controló al United durante todo el partido, pero un despiste significó el empate de los ingleses
El Atlético dejó escapar una victoria que había merecido. Un error defensivo, otra vez, dejó liberado a Elanga para igualar un partido en el que el Manchester United no había dado ninguna señal de peligro. Pero una ocasión le bastó para igualar el partido y ahora Simeone y su equipo agradecen que haya desaparecido el valor extra de los goles en campo contrario.
Había vuelto a reconocerse el equipo de Simeone en el espejo. Siete minutos de intensidad le sirvieron para ponerse por delante, el tiempo que pasó entre el pitido inicial y el gol de Joao Félix. Un cabezazo perfecto para rematar un centro de Lodi para completar el inicio perfecto. El Atlético hizo desaparecer al Manchester United en ese tiempo. Un equipo sin alma y sin fútbol el inglés.
No encontraba la salida hacia Cristiano Ronaldo el United. El portugués era el más adelantado de su equipo, pero tenía que bajar hasta el centro del campo para tocar la pelota que nunca le llegaba en situaciones de peligro.
El Atlético le cerraba todos los caminos en ataque. Volvía a sentirse cómodo defendiendo, con dos mediocentros –Kondogbia y Herrera– capaces de dominar el partido ellos solos. Por la izquierda Lodi ponía el peligro. El brasileño jugaba como lateral izquierdo adelantado, en el lugar que habitualmente ocupa Carrasco, que estaba sancionado. Sin tantas obligaciones defensivas, Lodi se sentía liberado para atacar y, además de poner el centro a la cabeza de Joao Félix para el gol, estuvo cerca de marcar en un disparo que se le marchó al lateral de la red.
La ocasión más clara para aumentar la diferencia llegó, sin embargo, de la manera más inesperada, en un cabezazo de Vrsaljko que se pegó con el larguero. Pero la diferencia en el juego del Atlético la ponía Joao Félix. No acabó de concretar su juego en una ocasión definitiva, pero cada vez que agarra la pelota da la sensación de que va a suceder algo diferente, algo que ningún otro jugador del Atlético es capaz de hacer.
A su lado Correa era el compañero perfecto. Nunca se esconde el argentino, aunque no tuviera oportunidades para marcar. Y si hace falta encararse con Pogba, lo hace aunque la diferencia de altura sea evidente.
El Atlético entregó la pelota al United, pero no le dejaba jugar. Una imagen se repitió innumerables veces durante el partido. Varane avanzaba con la pelota hasta el centro del campo sin que nadie le molestase. Al cruzar la línea se encontraba con diez contrarios que lo esperaban sin que ningún compañero se ofreciera a recibir por delante. El francés se daba la vuelta y buscaba un apoyo para volver a empezar.
No había ningún peligro en el juego del equipo inglés, que tenía condenadas las bandas con Rashford y Sancho. No encontraron el sitio en ningún momento, incapaces de penetrar en la defensa rojiblanca. Probaron a cambiar de lado, pero el resultado era el mismo. Era aparentemente inofensivo el juego del United, que apenas había avisado con un lanzamiento de falta de Cristiano Ronaldo antes de que Bruno Fernandes viera un agujero en el costado izquierdo de la defensa rojiblanca por el que entraba Elanga. Oblak se quedó a media salida y el remate lo superó.
El Atlético volvía a sufrir el mismo mal que en muchos partidos de la temporada. No fue capaz de sostener un partido en el que fue muy superior. Es un ejercicio que antes no le costaba nada. Era lo natural para el equipo de Simeone, pero en los últimos tiempos se ha convertido en una heroicidad para ellos mantener una ventaja en el marcador.
Habían desaparecido ya del campo Lodi y Joao Félix, los principales peligros del equipo rojiblanco, y el United se sintió capaz de sacar algo más del Metropolitano. Bruno Fernandes probó las manos de Oblak, algo que no había hecho su equipo en todo el partido. Se había animado el equipo de Rangnick con el gol, pero llegaba tarde y sin demasiados argumentos para llevarse una victoria que no imaginó en ningún momento.
El Atlético no se dejó ir y Griezmann, el sustituto de Joao Félix, mandó un balón al larguero que podía haber dado la victoria a su equipo. La había merecido, pero para los rojiblancos, y para su rival, la eliminatoria vuelve a empezar dentro de tres semanas en Old Trafford.
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