Fútbol
La temporada más larga de Simeone que puede acabar en su adiós al Atlético
Antes de terminar enero, su Atlético está sin opciones de título este curso. El Cholo pide tranquilidad para decidir su futuro
El principal y único problema de Simeone en el Atlético de Madrid es él mismo y lo alto que ha situado el listón del éxito en el club desde que llegó. Ocho títulos en doce temporadas, contando la actual y en la que llegó en Navidad, dos finales de Champions perdidas en la prórroga y los penaltis y siempre metiendo al equipo entre los tres primeros de la Liga, una regularidad que no era para nada habitual antes de su llegada. Su lugar en lo más alto de la historia de los técnicos rojiblancos es incuestionable, por haber cambiado el relato pesimista del club en los últimos tiempos tanto en el terreno de juego como fuera, convirtiendo los triunfos deportivos en poderío económico para subir varios escalones en la escala del mercado de fichajes. Las constantes participaciones en Champions permitieron al Atlético pagar más de cien millones por Joao Félix, un futbolista inalcanzable para la tesorería rojiblanca antes de Simeone, aunque otra historia es el rendimiento del portugués y su incompatibilidad con el técnico.
Precisamente su salida este invierno cedido al Chelsea es uno de los argumentos que le lanzan a la cabeza los detractores del Cholo, o aquellos que están más del lado del desgaste que del sentimiento cuando piden un cambio, por mucho que pesen todas las copas levantadas con el argentino al mando. Su longevidad en el banquillo del Metropolitano es un caso extraño en este fútbol moderno en el que los entrenadores salen despedidos de la centrifugadora cada vez más rápido, pero hasta él es consciente de que el momento de cambiar de aires tiene que llegar. Y lo que hace es quitarle dramatismo. «Quedamos fuera de la Liga de Campeones, quedamos fuera de la Copa del Rey, nos queda la segunda vuelta casi entera para llegar al objetivo que el club necesita y después, con tranquilidad, miraremos todo lo que nos conviene a todos», dijo nada más caer eliminado ante el Real Madrid. La derrota en el Bernabéu suponía decir adiós a la única ilusión que le quedaba a la afición colchonera de levantar un título este curso, porque la travesía Europea se acabó muy pronto y ni siquiera le dio para entrar en la Europa League, y en la Liga, ahora mismo, le separan 13 puntos del líder, el Barcelona, con un partido más.
Nunca el Atlético de Simeone se había quedado sin objetivos antes de terminar el mes de enero y el Cholo puede estar ante los meses más largos de su etapa rojiblanca. «No hace falta más aclarar lo que he aclarado. Quedamos fuera de la Champions, fuera de la Copa del Rey, el equipo tiene toda una segunda vuelta por delante, tengo una alegría enorme por estar en el Atlético de Madrid y desde el día que llegué hasta el día que me vaya me voy a dejar todo como siempre lo hice, entregándome al mil por mil con el equipo y con el club», continuaba, recordando que el día de decir adiós va a tener que llegar en algún momento.
El regreso después del Mundial había revitalizado al Atlético, que según el propio entrenador estaba firmando un curso «regular tirando a malo». La Copa, que en los últimos años había sido una cuestión muy secundaria, aparecía como bálsamo para llegar hasta la primavera, pero la buena primera parte en el Bernabéu no fue suficiente. La buena racha de los últimos encuentros, seis victorias, una derrota ante elBarcelona y el empate con el Almeríapor la falta de puntería, parecía confirmar la resurrección, con un Simeone, además, dispuesto a ser más ofensivo y dejar solo a Koke como pivote y acompañarlo de futbolistas con gusto por atacar. Así se presentó en Chamartín y firmó un enorme primer tiempo que no permitió a Ancelotti enfadarse con los suyos, porque lo que se estaba viendo era más mérito de los rojiblancos que desidia del rival.
El cambio demasiado pronto de Griezmann es lo que más se le cuestiona en las horas posteriores al derbi, pero salió ileso a pesar de la eliminación. Tiene contrato hasta junio de 2024 y es uno de los entrenadores mejor pagados del mundo, si no el que más, aunque el final puede estar más cerca. El club tiene claro que se ha ganado el derecho a decidir cuándo.
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