El sonido en Saint Denis

El himno de la Décima que no fue una canción indie

Manuel Jabois, con la música de RedOne, creó la letra de la canción que ha unido al madridismo tras Lisboa

Fan zone del Real Madrid en París
Fan zone del Real Madrid en ParísCHRISTOPHE PETIT TESSONAgencia EFE

Hay un padre que esta primavera para despertar a sus hijos y llevarles al cole, les ha puesto todas las mañanas el himno de la Décima. Hay quien la tararea cuando va a hacer la compra y pasea por los estantes del súper, mientras los demás le miran sin que se dé cuenta de lo que está haciendo. «Esta temporada se ha roto la burbuja, se ha roto una pared más y la cantan los adolescentes y los niños. En la celebración de la Liga se cantó en la calle, se cantó a capela en la calle Alcalá, en el centro de Madrid», cuenta Manuel Jabois, periodista de «El País» y quien puso letra a la melodía que había creado RedOne, compositor, productor y cantante marroquí, ganador de varios Grammy, aficionado a muerte del club blanco y que desde pequeño siempre quiso crear una canción para el equipo de su vida. Cuando lo hizo y se la pasó al club, no dudaron de quién tenía que ser el encargado de ponerle la letra.

Manuel Jabois hace informaciones y columnas de opinión en «El País» y ha escrito dos novelas, Malaherba y la última, Miss Marte, una novela sobre la verdad y su reconstrucción que ha recibido muy buenas críticas. Pero nunca se había enfrentado al reto de hacer la letra para una canción. Si tuvo dudas, no le echaron para atrás. Reposó la idea y cuando se puso a ello su primer plan para su primera canción era ir a por todas: «Pensé: vamos a darle una vuelta a todo esto, voy a escribir una letra con imágenes metafóricas, medio indie. Mis influencias no son los himnos de fútbol», reconoce ahora. Pero enseguida vio que no era el camino: «Un estadio, antes de un partido, no va a ponerse a cantar ‘Santos que yo te pinté’», la canción de Los Planetas. Había que hacer una canción guerrera, que pudiese ser coreada, al estilo de lo que hizo El Arrebato con el himno del Sevilla, una canción donde estuvieran las cosas principales que identifican al Madrid, conceptos conocidos por todos, «que cada verso tuviese un significado», y además, dice Jabois, «quería poner un jugador. Luego pensé que si hay que poner un jugador ese es Di Stéfano». «Ya corre la Saeta. /Ya ataca mi Madrid», dicen los dos versos donde aparece el futbolista que fundó en el campo la leyenda del Real Madrid.

Se le llama el himno de la Décima porque se hizo la temporada en la que el equipo que entrenaba Ancelotti fue avanzando en la Champions hasta llevarse el título en Lisboa y porque se estrenó en su celebración, a finales de mayo de 2014. Con el paso del tiempo ha ido cogiendo poso y ahora en el Bernabéu también suena el himno clásico de las «mocitas madrileñas», pero es el de la Décima el que ha conseguido que el público se ponga de pie y lo cante como carta de presentación. El espíritu de este año en la Champions, las noches de remontada han provocado una fiebre de madridismo, han acabado definitivamente con las viejas rencillas entre aficionados y la canción de RedOne y Jabois ha ayudado a encontrarse: «No es lo más literario que he escrito», dice el periodista y escritor, «pero no soy un gran amigo de que lo literario tenga más valor que lo popular. Un himno debe conectar y lo que hace la conexión de esto es ,sin duda, la música, que tiene esa virtud», continúa.

Mientras la componía era alto secreto, pero él le daba vueltas a la cabeza para encontrar las palabras que se acoplasen al ritmo de la música. Lo hizo rápido. «Yo tenía lo principal: no hay que tener talento, lo que hay que tener es pasión y sólo con eso tenía la mitad del camino hecho. Si no lo vives, es más complicado». Pero el «Nada más» con el que termina el estribillo se le ocurrió en el último momento, cuando ya estaba con RedOne en su casa para ir cerrando detalles: «Nos puso la música con el ruido del campo detrás y en el «in crescendo», que era ‘Madrid, Madrid, Madrid’, dije: ‘Nada más’». Le salió tan rápido, tan instintivo que cuando llegó a casa y se puso a darle de nuevo vueltas, acechado por una inseguridad que muchas veces es creativa, pero otras no tanto, llamó para que mejor lo quitaran. Pero le aseguraron que ayudaba a la canción.

RedOne también le convenció para cambiar la segunda estrofa. Aunque Jabois había hecho una canción más larga, el creador de la música y productor de grandes cantantes como Jennifer López, le dijo que «no se le puede pedir a un aficionado que va a ver el partido que esté cantando un himno durante tres minutos».

Para Jabois el éxito del himno se debe a la música pegadiza y a que la canción ya no es suya, es de todos: «Nadie sabe quién soy y así tiene que ser. De este modo, al no tener un creador, pertenece a todos los aficionados». Como buen himno, se permite la grandilocuencia, aunque no todos lo han entendido. Alguno ha echado en cara al letrista que diga, por ejemplo: «Son todo lo que soy». Jabois se refiere a que los días de partido o la semana de final de Champions, el madridista está con esa tensión nerviosa en el estómago y la cabeza: «Me decían qué había más cosas en la vida, pero es que es una forma de hablar, es una exageración. Parece que no tenemos derecho los del Madrid a hacer las mismas frases exageradas que se cantan en los otros himnos».

En París, hoy, se mide con el «You’ll Never Walk Alone», que va a cantar al unísono la hinchada inglesa: «Eso es una leyenda: es una obra de arte», reconoce Manuel Jabois. «Pero es que si no cantan esa, cantan canciones de los Beatles. Menos mal que gana el que mete los goles no quien tiene las mejores canciones».