La Liga en juego
Con el VAR se acaban las excusas
Su llegada no evitará todas las polémicas, pero si ayudará a que los árbitros no cometan errores flagrantes en las jugadas de gol o penalti.
Su llegada no evitará todas las polémicas, pero si ayudará a que los árbitros no cometan errores flagrantes en las jugadas de gol o penalti.
El videoarbitraje (VAR) ha llegado definitivamente a la Liga, por lo que los equipos tendrán pocas posibilidades de excusar una posible derrota en la actuación arbitral. Eso sí, la polémica no acabará. Lo fundamental es entender para qué funciona el VAR y comprender que no va a decidir sobre cada una de las acciones. Lo que se pretende es evitar fallos flagrantes, que sean clarísimos, en cuatro supuestos: jugadas de penalti, acciones que acaban en gol, tarjetas rojas y error de identidad, es decir, sacar tarjeta al futbolista equivocado. En los primeros partidos del campeonato se repartirán en los campos manuales para entender cuándo y cómo se usa.
¿Cómo funciona?
Los estadios de Primera se han preparado para el VAR, con más posiciones para poner cámaras (una, en la línea de gol) y haciendo hueco entre los dos banquillos al espacio al que acudirá el árbitro a comprobar las jugadas en un monitor. En Las Rozas se han construido ocho cabinas en la que los árbitros VAR revisarán todo el partido, pero sólo se parará si se produce alguna de las acciones comentadas antes y sólo si entienden que se ha podido cometer un error evidente. En ese caso, contactarán con el colegiado de campo y le dirán que examine la acción. Irá al monitor a verla, le pasarán la toma más clara (que se verá también en televisión y en los monitores del estadio) y decidirá. La última palabra será suya.
Los árbitros no piden el VAR
Uno de los errores más comunes es pensar que el colegiado puede pedir qué jugadas revisar. Eso no es así. Sólo podrá hacerlo si se lo dice el árbitro VAR. Y éste lo hará sólo si la acción es clara. Si admite interpretación, se mantendrá lo que se haya pitado en primer momento y no habrá contacto entre la cabina y los árbitros que estén en el campo. Estas son algunas acciones en las que el VAR no interviene: falta al borde del área que no es; se saca esa falta y acaba en gol. Ese tanto no se podría anular porque el lanzamiento es una jugada distinta a la patada, y el videoarbitraje no interviene en las faltas normales. Lo mismo ocurre con goles después de saques de esquina pitados por error. Por mucha tentación que haya, está prohibido decir desde la cabina que el córner pitado era en realidad saque de puerta. El VAR deja de funcionar una vez el juego se reanuda, de ahí que va a ser común ver al colegiado con una mano en el oído y otra estirada: eso quiere decir que se está revisando una acción.
Ejemplo práctico
Esto sucedió en un amistoso este verano, en el que los árbitros probaban el videoarbitraje. Falta a los tres minutos que el colegiado, en este caso Alberto Undiano Mallenco, pita, y sanciona con amarilla. En la sala de VAR, donde también hay un ayudante (AVAR) y varios técnicos que pasan las imágenes, se comenta: «Para; dame esa toma»; «quiero verlo a cámara normal»; «desde el otro lado»... Todo en segundos, pero en ese poco tiempo detectan que la patada es de roja. Sólo entonces llega el momento de hablar con el árbitro de campo. «Alberto, no reanudes el juego. ¿Tú qué has visto?», le preguntan. «Una entrada por detrás a la altura del tobillo sin mucha fuerza», contesta Undiano. «Yo la revisaría, veo juego brusco grave», le dicen. Entonces, el árbitro hace el gesto de la pantalla con los dedos, lo que significa que va a ver la jugada. Comprueba que, efectivamente, es de roja y expulsa al futbolista.
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