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El Barça es un chollo

Un gol de Munir salva al conjunto azulgrana de la debacle total ante el Athletic

Óscar De Marcos celebra con sus compañeros, el gol que ha marcado ante el FC Barcelona.
Óscar De Marcos celebra con sus compañeros, el gol que ha marcado ante el FC Barcelona.larazon

No le salen las cosas al Barcelona en este arranque de campeonato. Le falta juego y ni suerte tiene. Partidos que el año pasado sacaba se le atragantan ahora. Fue el Athletic quien lo aprovechó ayer, tomando ventaja en una primera parte en la que los azulgrana volvieron a conceder en exceso; y resistiendo en la segunda, pese a la entrada de Messi, que había sido suplente. Sólo Munir encontró un resquicio tras una jugada del «10» para dejar un punto en el Camp Nou que sabe a poco.

No cambió Valverde de idea pese a la extraña situación que atraviesa el equipo. De unos años a esta parte, cada derrota en la Liga es como un drama, y el técnico trata de restarle importancia. El plan era que ayer descansara de inicio Messi, porque el miércoles se enfrentan al Tottenham en la Champions, y Leo empezó en el banquillo. También Busquets. No hizo caso el «Txingurri» de los que hablaban casi de un encuentro a vida o muerte, o de que la palabra «crisis» empiece a planear por el Camp Nou. Y volvió a fracasar el Barça sin su estrella, en una primera parte con muchos errores y poco poder ofensivo. Lo peor de los resultados del campeón no son los puntos perdidos, es la pobreza que ofrece en su juego: ni domina con claridad ni es sólido. Ha perdido la personalidad y ni hay rastro del equipo al que el año pasado costó un mundo ganar, si bien es cierto que algunas de las victorias de la pasada campaña fueron algo mentirosas. Esta temporada, ha encajado goles en todas las jornadas menos en una.

El Athletic, con las clásicas marcas hombre a hombre de Berizzo, sí encontraba los espacios para que Iñaki Williams se colara entre los centrales, pero el atacante desperdició dos ocasiones inmejorables ante Ter Stegen. No falló De Marcos el pase que le dio Susaeta. Era bueno el centro, pero había que rematarlo... A cambio, el Barça no tenía claridad y Valverde no tardó en recurrir a Busquets, aunque por obligación porque Sergi Roberto se lesionó, y a Messi. Apretó algo más el Barcelona con el «10», se acercó más a la portería de Unai Simón, salvado por el poste en un par de ocasiones, primero ante Coutinho y después ante Messi en la clásica jugada con Jordi Alba. Al Athletic ya le costaba más salir. Lo logró una vez, pero entre el cansancio de Williams y la velocidad de Semedo la acción acabó en córner. Le tocaba aguantar, y lo hizo casi hasta el final.

No se le puede negar al Barcelona el empeño, pero sí el juego. El duelo fue un barullo durante muchos momentos: rebotes, despejes, pérdidas... Aunque fue más peligroso con Messi, el equipo azulgrana no mostró una imagen acorde con la que se espera de él. El toque no sirve para sortear rivales, la presión después de pérdida no es tan coordinada y las contras le llegan con facilidad. Además, los nuevos no despegan. Las rotaciones son un arma de doble filo: cuando se hacen y no funcionan (como le está pasando a Valverde) parecen sobrar. Cuando no se hacen, se piden para que todos lleguen descansados. Vidal y Semedo tampoco funcionaron ayer.

«Lo normal hoy hubiera sido ganar, pero no fuimos eficaces», fue una de las reflexiones de Valverde. Quizá tenga razón, pero que el Barça sea mejor y tenga más opciones que su oponente en el Camp Nou sucede casi siempre, lo que no es sinónimo de jugar bien. Hasta Messi salió a dar la cara en «beIN», asumiendo errores: «No puede ser que recibamos goles siempre»; pero pidiendo tranquilidad: «Esto recién ha comenzado».