¿La remontada imposible?

Una nueva entrega de un derbi apasionante que ha recuperado máxima igualdad en los últimos años gracias a Simeone, con intercambio de golpes en todas las competiciones, llega en Copa a un Bernabéu que se enciende para anular el 2-0 de la ida.

Ancelotti busca la fórmula

José Aguado

Frente al fervor de la remontada y los cantos épicos del pasado, frente a las prisas, la agresividad mal entendida, el caos, la furia con la que a veces se plantea el Madrid propósitos como el de hoy, Ancelotti enseñó ayer su calma, la ceja que se levanta y en la que toda la realidad es comprensible. El Real Madrid tiene que meter tres goles a un rival al que no ha ganado en los cuatro duelos que han disputado en esta temporada. Se pide a la afición que muestre su apoyo horas antes del partido, se pide ansia y fiebre. Y entonces aparece el italiano: «Lo importante es no tener prisa. Tenemos 90 minutos y podemos marcar también en los últimos minutos. No hay que tener prisa de marcar pronto al Atlético», repite. El entrenador no quiere que la ansiedad acabe con el entusiasmo del vestuario y del público. Prefiere que todo se mantenga dentro de la normalidad. A veces, la mejor manera de ir deprisa es ir despacio. Le preguntaron ayer si notaba un ambiente distinto en la plantilla, si se vivía el espíritu de las remontadas que tanta historia ha dejado en el Madrid, pero contestó que no, que todo estaba como siempre. Más que épica, el técnico quiere ciencia, o sea táctica. Lo que puede controlar y sobre lo que puede trabajar: el modo de vencer a un rival que se ha convertido en su pesadilla particular. «Y en la de toda Europa», añadía. «Por eso hizo lo que hizo el año pasado».

El partido contra el Madrid se le da especialmente bien al grupo de Simeone y los blancos se desesperan en busca de una rendija por donde hacerle daño. Esta temporada no hay modo de encontrarla. Perdieron la Supercopa, fueron derrotados en el primer encuentro de Liga y tras la ida de la Copa del Rey, hoy necesitan remontar un 2-0 en contra. «No es un problema de poner un jugador u otro. Tenemos que plantear algo distinto para tener más soluciones que en la ida. Tuvimos dificultades entre líneas y en la profundidad. Es un problema de movimiento y de trabajo colectivo», explicaba el entrenador. Más pases filtrados, pedía, más profundidad por la banda. En el curso pasado, sus armas eran los laterales y el movimiento de Isco entre líneas, sobre todo en la segunda mitad, con el Atlético cansado. Hoy necesita que todo eso funcione desde el principio: que tanto Carvajal, que no fue titular en la ida, como Marcelo hagan el campo ancho y profundo y que los huecos que se creen por el medio los aproveche la habilidad del centrocampista andaluz. Eso y cabeza fría. Eso y jugar al mismo ritmo que el rival: «Necesitamos jugar con intensidad. La llave para jugar contra el Atlético, que es el mejor organizado de Europa para defender, es la intensidad porque es difícil encontrar soluciones».

Nada de lo que pueda hacer Ancelotti va a sorprender al entrenador rival y al revés, lo mismo. Por eso, el italiano ha pedido a los suyos especial atención en las jugadas defensivas a balón parado, donde los rojiblancos aprovechan el mínimo despiste. «No vamos a cambiar en el balón parado ofensivo porque somos muy peligrosos. Hay que hacer algo distinto en defensa», dijo ayer. Hay que encontrar la fórmula para desactivar la roca rival.

La nueva vida de Miranda

Domingo García

La gran temporada del Atlético daba a Miranda el verano pasado la oportunidad de apurar, a los 30 años, las opciones de firmar su último gran contrato. Se habló del Barcelona y de varios equipos ingleses, pero Miranda vio cómo varios de sus compañeros salían del equipo (Courtois, a la fuerza, Filipe Luis, Diego Costa...) y él continuaba en el Atlético. Era un jugador importante para Simeone, el hombre que dio al Atlético la Copa en el Bernabéu ante el Real Madrid de Mourinho hace sólo año y medio. Los rojiblancos se acostumbraron a ganar títulos con los cabezazos de sus centrales y Miranda era fundamental en ese juego. Durante muchas jornadas, incluso, su rendimiento goleador era comparado con el de Mandzukic.

Pero se lesionó en el amistoso de la selección brasileña contra Austria y se perdió seis partidos que aprovechó Giménez para demostrar que tiene un sitio en el equipo. Hasta ese momento, había disputado 16 de los 17 encuentros que jugó el Atlético. Cuando estuvo disponible, Simeone no dudó en devolverle la titularidad contra el Villarreal, a pesar del buen rendimiento de Giménez.

Después, una sobrecarga lo dejó fuera del último encuentro de 2014 contra el Athletic. Y ya no ha encontrado la manera de mover a Giménez de la alineación titular. El brasileño ahora recupera su sitio en la Copa, en la competición que Simeone ha destinado a los suplentes, el torneo en que Giménez ha jugado todo hasta ahora, los tres partidos que ha disputado el Atlético.

El central uruguayo ha mostrado la seguridad y la dureza que Simeone exige a un central, aunque en ocasiones se haya excedido, como en el último encuentro ante el Barcelona cuando clavó los tacos en el tobillo de Neymar, que no paraba de sangrar. Y hasta marca los goles que antes marcaba Miranda. Suyo fue el segundo gol ante el Real Madrid. Giménez tiene el ímpetu que exhibía Simeone como futbolista y que continúa exigiendo a sus futbolistas desde la banda. Miranda le da más tranquilidad. «Le necesitamos», aseguraba hace unos días el entrenador rojiblanco. «Nos da muchas alegrías, aunque Giménez está jugando bien», añadía. «Es un jugador fundamental para nosotros», insiste el Cholo cada vez que se le pregunta por el brasileño. Pero en Barcelona volvió a jugar Giménez al lado de Godín.

Aunque el uruguayo es valiente, Simeone confía en la veteranía de Miranda para afrontar la vuelta de la eliminatoria. Los jugadores no esperarán al minuto 80 para decidir», explica el preparador argentino. «Ellos querrán hacer cuanto antes lo que necesitan para remontar», dice. Pero sabe que le basta con repetir cualquier resultado de esta temporada. Simeone destacó varias veces en su conferencia de prensa que el Real Madrid ha bajado el precio de las entradas para llenar el Bernabéu. «Pero los de fuera no juegan, juegan los de dentro, que son mejores». Para él sólo juega la afición del Atlético.