Real Madrid
La talla humana de Zidane
En mi periodo estival tuve la oportunidad de coincidir con Zinedine Zidane y su entrañable familia en Mojácar. Tal y como conté en «El Chiringuito», estaba dando una vuelta por el nuevo paseo de la playa y recibí la llamada de un amigo: «¿Sabes que el entrenador del Real Madrid está ahora en el restaurante Egea?». No me lo pensé dos veces y para allá que me fui a saludarle. Me lo encontré allí, en efecto, y fue una delicia compartir unos minutos con un genio, además, de una talla humana inmensa.
- Faltaba energía
En esa charla relajada y distendida volví a descubrir la personalidad de Zizou. Con su tono peculiar e intransferible, sin perder esa sonrisa que enamora no sólo al madridismo, Zinedine me habló de fútbol y de la vida con una sencillez que te gana. Hubo un momento en el que le comenté que tenía mucho mérito ganar la Copa de Europa como jugador y entrenador, algo que sólo alcanzó el recordado Miguel Muñoz. Zizou me respondió con ese tono bajo tan suyo que su suerte era haberse encontrado con muy buenos futbolistas y que el mérito era de ellos «por lo buenos que son». Y añadió: «Yo lo único que puse fue un poco de energía porque cuando llegué al vestuario me di cuenta de que hacía falta». Y vaya si les enchufó a casi todos esa energía.
- Pogba y 120 millones
Le advertí que este año podía ser muy duro. Me volvió a sonreír y... a sorprenderme: «Ya lo sé, pero cuando más duro es todo, más divertido también». En la despedida me acordé de Pogba y le pregunté qué le parecía este jugador. Y me dijo, textualmente, que le había llamado el presidente para preguntarle: «¿Quieres a Pogba?», y que él, con ese tono que transmite una paz no exenta de seguridad en lo que dice, le contestó: «Sí presidente, pero no por 120 millones». Señoras y señores, ésta es la talla deportiva y humana de Zidane.
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