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Lendoiro, el presidente que engordó al Deportivo con títulos y deuda
El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, que hoy ha anunciado la retirada de su candidatura a la reelección, pasará a la historia del club como el dirigente que cogió a un modesto equipo gallego y lo engordó con títulos y deuda para convertirlo en un gigante con los pies de barro.
Lendoiro (6 de junio de 1945) cerrará en enero una etapa de 25 años en los que hizo del Deportivo, que llevaba casi dos décadas sin pisar la Primera División, en un club vencedor, que se ganó la fama de 'Súper' en los años noventa, en los que estrenó su palmarés oficial, y que llegó a ser el cuarto mejor equipo del mundo según la Federación Internacional de Historia y Estadística.
Eso sucedió a principios de la década pasada, años en los que al presidente le pudo la ambición y, para construir ese equipo campeón que ganó una Liga (2000), tumbó al Real Madrid en el llamado 'Centenariazo' (Copa del Rey de 2002) y llegó a las semifinales de la Liga de Campeones (2004), se endeudó hasta casi los 180 millones de euros.
Lendoiro, el primer presidente profesional del fútbol español -comenzó a cobrar el 1% del presupuesto, a propuesta de los socios, a finales de los noventa- fue sobrellevando como pudo esa deuda, reduciéndola según trasladaba en las cuentas que presentaba en las juntas de accionistas, en las que todos los puntos del orden del día se aprobaban por unanimidad.
Comenzó a tener oposición cuando el balón ya no entraba con la misma facilidad que antes y los resultados deportivos dejaron de tapar el agujero económico del equipo, que entró en decadencia después de quedarse fuera de la Liga de Campeones en 2005 por primera vez tras cinco temporadas consecutivas en la máxima competición continental.
Aquello coincidió con su intento fallido de una ampliación de capital de 60 millones y, después de años de resistencia deportiva y económica, en 2011 concluyó su etapa más estable en la categoría reina del fútbol nacional y descendió después de 20 temporadas seguidas en Primera.
El descenso engordó aún más los problemas a pesar de que las cuentas de Lendoiro seguían cerrándose año a año con beneficios, lo que solía explicar con el ejemplo de una hipoteca: debes más de lo que tienes, pero todos los años ingresas más que el dinero que se destina a cubrir las cuotas del crédito.
El Deportivo apostó a todo o nada en 2012 y logró el ascenso con números récord a nivel deportivo, pero no a nivel económico, donde el esfuerzo de mantener una plantilla competitiva agravó la situación de la tesorería.
Asfixiado por los embargos de Hacienda, Lendoiro no tuvo más remedio que solicitar el preconcurso de acreedores cuando siempre había defendido que sentiría vergüenza si ese día llegaba.
No hubo marcha atrás posible y el concurso fue ineludible, se confirmó el 11 de enero de este año y el Juzgado de lo Mercantil Número 2 de A Coruña declaró la intervención del club, con Lendoiro como presidente y la tutela de un administrador concursal que cifró la deuda en 160 millones de euros, casi 100 con Hacienda.
En el césped, el Deportivo, que parecía entonces desahuciado, logró recomponerse y afrontó la última jornada con la permanencia en su mano, pero falló en el partido decisivo y volvió a caer a Segunda en un día negro en el que, además, perdió a su referente, Juan Carlos Valerón, que abandonó la entidad.
Aquel fue otro golpe para Lendoiro, que cumplió 25 años al frente del consejo de administración el 13 de junio y salvó un 'jaque mate' el 31 de julio, cuando el equipo estuvo a punto de sufrir un descenso administrativo que habría supuesto su liquidación.
El presidente consiguió confeccionar una plantilla competitiva -ha llegado líder al parón navideño-, pero la situación institucional se mantuvo convulsa.
Por primera vez desde que asumió la presidencia encontró oposición, la de cuatro candidatos de los que quedan tres, entre ellos su exasesor jurídico, Germán Rodríguez Conchado, y, principalmente, el empresario Tino Fernández, que hasta diciembre del año pasado delegaba en él sus acciones -casi el 1% del capital social del club-.
Los hechos se precipitaron en las últimas semanas: el juez encargó a los administradores concursales reformular las cuentas que Lendoiro llevó a la asamblea de accionistas, y las elecciones fueron convocadas para el 21 y 22 de enero, justo después de una cita clave para el Deportivo, la junta de acreedores.
En ella, el club debe firmar el convenio que evite su liquidación: Lendoiro defiende una quita del 33%, lo que evitaría que se abriera la pieza de calificación del concurso y, en consecuencia, que este sea declarado culpable, con la responsabilidad que eso podría conllevar para el presidente y sus consejeros.
A menos de un mes para la junta de acreedores, el pasado día 12, el presidente se convirtió oficialmente en candidato a la reelección por "historia y confianza", pero le desestabilizó el presente.
Apenas una semana después, el día 20, los accionistas, con la fuerte oposición de Tino Fernández, dieron por primera vez un 'no' a las cuentas del Deportivo y al resto de puntos del orden del día.
El presidente quedó debilitado por ese rechazo y cuestionado porque no aceptó someter a votación el cese del consejo de administración y el nombramiento de uno nuevo.
La derrota en la asamblea le llevó a reflexionar y hoy, después de 25 años y medio al frente de la entidad blanquiazul, ha anunciado que comienza la cuenta atrás hacia el final de un mandato histórico por los éxitos deportivos -1 Liga, 2 Copas, 3 Supercopas- y también por las cifras económicas que le obligan a renunciar a la reelección.
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