Un coloso llamado Francesco Molinari

Un título que vale doble por llevar el nombre de Arnold Palmer, una pizza y música de Queen. Así ha cerrado tres días de juego no excesivamente bueno Francesco Molinari en Orlando y un cuarto de brillo máximo, de recompensa, de bonus al final de la partida por su constancia.

El jugador italiano ha logrado una enorme remontada, de las que se ven pocas o casi ninguna en los últimos tiempos, de esas que figuran únicamente en las estadísticas de los grandes jugadores, y él lo es por méritos propios. Desde el tee del 1, donde se colocaba cinco golpes por debajo del líder, Matthew Fitzpatrick (71), con sensaciones nada halaguëñas tras terminar el tercer día con 73 golpes, hasta el 18, donde le metió dos al inglés, fue volando sobre Bay Hill, pisando el acelerador sin freno alguno.

La gente se frotaba los ojos y pocos los creían posible, pero sucedió. Birdie en el 1, en el 3, en el 6 y en el 8 para poner el primer y segundo piso del palacio y después otros cuatro en el 12, 13, 16 y 18 para el techo, los jardines y la decoración. Golpe sobre la mesa, misma demostración de superioridad que en la Ryder Cup, a disfrutar y descansar, pues tocaba esperar casi dos horas a que terminaran los integrantes del partido estelar para saborear un trofeo que con cada minuto se acercaba más a sus manos.

Décimo título para él en su carrera, segundo en el PGA Tour tras el Quicken Loans de 2018 en lo que a torneos regulares se refiere, sin contar la Ryder Cup, el BMW PGA Championship, el Open Championship, la Race to Dubai...

Nadie pudo superar su listón de 64 golpes, ni Sungjae Im (68) ni Tommy Fleetwood (68) recuperándose magníficamente del varapalo de 76 del día anterior), ni Rafa Cabrera Bello (69), todos ellos empatados en el tercer lugar. Tampoco Keith Mitchell (66) a pesar de apretar de lo lindo para recuperar 26 posiciones y finalizar sexto empatado, ni Rory McIlroy, desfondado en un mal final de 72.

El canario ha estado más que aceptable, metido en la pelea pero contemplando, como todos, el día que se estaba marcando el italiano, haciendo lo posible por contestarle a base de birdies pero quedándose algo corto. Su golf fue mejorando con el paso de los hoyos, logrando bastantes opciones de birdie que no siempre entraban, especialmente en los nueve primeros.

Sin brillo alguno terminaron, ya muy abajo, jugadores como Henrik Stenson (T17 y -5), Ian Poulter (T23 y -4), Hideki Matsuyama (T33 y -2), Rickie Fowler (T40 y -1), Bryson DeChambeau (T46 y PAR) y Justin Rose (+5).