NFL en Madrid
Himno americano, cheerleaders y una prórroga en el debut de la NFL en España
Miami, que ejercía como local, se impone (16-13) a los Washington Commanders en el tiempo añadido
En el Bernabéu sonaba el himno americano en lugar del «Hala, Madrid y nada más». Era un estadio diferente, era Estados Unidos trasladado al paseo de la Castellana. Todo era diferente, los accesos, la señalización y hasta la tienda, convertida de repente en la NFL Shop, con todo señalizado en fondo rojo.
Quedaban todavía muchas personas por entrar al estadio cuando el himno americano sonaba en un césped que se medía en yardas y donde antes había áreas ahora había end zone, las zonas de puntuación cada una con el logo de uno de los dos equipos. Las majorettes que formaban en el exterior del recinto ya habían entrado para entonces. Y antes de todo eso, la UME desplegó una bandera española en el césped junto a la de Estados Unidos antes de marcharse a ver el partido desde uno de los fondos del Bernabéu.
El estadio del Real Madrid se convirtió durante unas horas en el de los Miami Dolphins. Con banquillos interminables que ocupaban medio lateral del campo, con animadoras bailando la Macarena, con delfines con montera torera y con aficionados de los Dolphins que transformaron el videomarcador en una improvisada «kiss cam» para enseñar su anillo de compromiso.
En el campo había menos cosas que ver. Washington intentaba ganar yardas a la carrera con su runningback, Chris Rodríguez, aunque fueron los Dolphins los que se adelantaron con una patada. Así fueron sumando, de tres en tres, pero hubo que esperar al segundo tiempo para ver el primer touchdown de la NFL en su visita a España.
Al descanso llegaron igualados a seis los Dolphins y los Commanders. Y en el comienzo del tercer cuarto Rodríguez siguió siendo la mejor conexión para Marcus Mariota, el quarterback de los Commanders. Rodríguez fue ganando yardas hasta que Deebo Samuel terminó el trabajo y consiguió el primer touch down que se anota en el Bernabéu. El primero de la historia de la NFL en España.
El fuerte de los dos equipos, en teoría, era el juego de ataque. Sus defensas, aparentemente, eran mucho menos consistentes que su juego ofensivo. Pero las defensas trabajaban mejor que los ataques. Los dos equipos echaban de menos a dos de sus referentes ofensivos: Jayden Daniels, el quarterback de los Commanders y Tyreek Hill, el receptor de los Dolphins.
Entre mensajes animando al público a hacer ruido y espectáculo en la grada, fueron pasando los minutos sin que llegaran más anotaciones. La rareza de que se juegue un partido de competición en otro país lleva a que pasen cosas como que por megafonía el speaker pida el apoyo del público para el equipo que jugaba de local –«Madrid, los Dolphins te necesitan»– y la respuesta fueran unos pitos. El estadio sólo se puso de acuerdo para corear de forma conjunta «Sweet Caroline», la canción que la NFL elige para calentar el ambiente en sus partidos en Europa. El «oh, oh, oh», coral resuena en todo el estadio.
Los Dolphins siguieron el camino marcado por los Commanders en el comienzo del último cuarto y anotaron un touchdown también en la primera posesión. También a la carrera, con el runningback Ollie Gordon traspasando la defensa del equipo de Washington.
El último cuarto era de los Dolphins, que fueron salvando situaciones complicadas después de ese touchdown hasta que se estrellaron en el último muro. El equipo de Miami consiguió recuperar una pelota cuando Washington estaba a una yarda de anotar su segundo touchdown y a partir de ahí todo parecía mejorar para ellos, que se habían visto por detrás desde el comienzo de la segunda parte.
Pero se enredaron en la salida del balón, les costó demasiado avanzar yardas y se vieron obligados a rifar la pelota en una patada de devolución que siempre da ventaja al equipo rival. Pero se equivocó el receptor de los Commanders, el balón salió botando y regresó a los Dolphins, que continuaron con la posesión y unas yardas más adelante.
Siguieron avanzando con las carreras de De’Von Achane, que le llevó a una yarda de la anotación. No fueron capaces de pasar de ahí y los Commanders también tuvieron su oportunidad antes de llegar a la prórroga.
Una bomba de Mariota se le escapó al receptor a apenas un par de yardas de la zona de anotación. Y la patada desde casi 50 yardas se les escapó por poco sin que pudieran evitar la prórroga.
En el tiempo añadido, los Commanders tenían la primera posesión, pero Jack Jones, el cornerback de los Dolphins, robó un balón que acabó siendo decisivo. Patterson acertó con la patada y el partido terminó igual que empezó. Pero esta vez la ventaja de los Dolphins (16-13) era definitiva.