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La locura de este deportista: cruza España de Norte a Sur en parapente y pasa la noche entre lobos

Nicolas Aubert parapentista se propuso atravesar por el aire España en tres días, parando para repostar y dormir en la montaña

La locura de este deportista: cruza España de norte a sur en parapente y pasa la noche entre lobos
La locura de este deportista: cruza España de norte a sur en parapente y pasa la noche entre lobosLa RazónLa Razón

Desde el punto más al norte de España, Estaca de Bares, en A Coruña, hasta el más al sur, Tarifa, en Cádiz. Nicolas Aubert ha completado un viaje de más de mil kilómetros en poco más de tres días con su paramotor. Comía mientras volaba y repostaba en las gasolineras, realizando nueve paradas durante un recorrido lleno de anécdotas.

Con tres días por delante para volar desde el norte de la provincia de A Coruña hasta el Estrecho de Gibraltar, Aubert tuvo que realizar nueve repostajes en las gasolineras que localizaba desde el aire con su móvil. La aventura estuvo plagada de momentos emocionantes, y los sustos no faltaron.

Nada más abandonar Galicia, se encontró solo en kilómetros de montañas y ciervos. "Como se estropee el paramotor igual aterrizo, pero luego a ver como salgo de la montaña", reflexionaba el aventurero andaluz, quien se vio obligado a pasar una noche en el monte. El paramotor y el parapente le sirvieron de refugio y abrigo.

Volando a una velocidad media de 50 km/h para cruzar la península de norte a sur, Aubert causaba sorpresa en las gasolineras. "Me decían: ¿cómo vas a cruzar España en ese cacharro?", recuerda Aubert, quien añade que, al no conocer este deporte, muchos quedaban asombrados, ya que, hasta hace unos años, "era un milagro viajar en coche de una punta a otra del país".

El momento más tenso ocurrió en una gasolinera cuando un conductor le preguntó de dónde venía y a dónde iba. Al mencionar que se dirigía hacia una montaña, le advirtieron: "Has pasado por una zona de osos y te vas a meter otra de lobos". La noche fue tensa, según cuenta Aubert: "Estuve toda la noche con la navaja en la mano, en la tienda de campaña, por si aparecía algún lobo, pero no vino ninguno".