Opinión

El Metropolitano, un fortín inexpugnable

Lo de las quince victorias seguidas en casa del Atlético no es casualidad

Witsel celebra el primero de los goles del Atlético
Witsel celebra el primero de los goles del AtléticoAFP7 vía Europa PressEuropa Press

Como le suele pasar contra el Villarreal, independientemente de la situación del "Submarino amarillo", al Atlético le costo más de lo que dice el marcador doblegar al futuro equipo de Marcelino. Las piernas pesaron lo suyo después del esfuerzo realizado para lograr el liderato del grupo de Champions entre semana, pero la confianza del equipo y el estado de ánimo que se vive ahora mismo en el vestuario, hacen que el Metropolitano, hoy por hoy, sea un fortín.

Quince victorias seguidas en casa no son casualidad. Los de Simeone mandaron en la posesión y obligaron al rival a jugar en largo, pero a los visitantes les faltaba chispa. No había velocidad en la circulación de la pelota y todo se hacía demasiado previsible en los últimos metros. El Villarreal generaba situaciones ofensivas cada vez que el balón pasaba por las botas de Gerard Moreno, que hacía daño en la zona de la mediapunta y conectaba bien con Sorloth. Bastó una presión mal tirada por parte de los colchoneros para que los dos delanteros visitantes pusieran el 0-1. Pero este Atlético tiene personalidad de ganador y no le perdió la cara al partido. Siguió jugando de la misma manera, imprimiendo un ritmo algo más alto que el inicial, lo que unido a la lesión del delantero danés, que obligo a Moreno a adelantar su posición, dejando de ser tan peligroso, consiguió que llegase el gol del empate justo antes del descanso.

En el segundo tiempo sólo hubo un equipo en el terreno de juego, que dominó en todos los aspectos del juego y que se llevo los tres puntos con justicia y claridad. Los cambios del Cholo sí funcionaron. Aportaron frescura, velocidad, asistencias, como la de Llorente, y goles, como el de Samu Lino. Si el partido era atractivo yendo por detrás en el marcador, es fácil adivinar que con el 3-1 se declarase el estado de felicidad en el Atlético. Salvo los dos suspensos ante Las Palmas y Valencia, que deben servir como aprendizaje para el futuro, los rojiblancos están disfrutando del fútbol donde les corresponde.