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Miriam Gutiérrez: “No me gusta coronarme, pero voy a por el EBU de boxeo”
La boxeadora madrileña tiene una cita con Europa el próximo viernes
La boxeadora madrileña tiene una cita con Europa el próximo viernes
Decir que Miriam Gutiérrez (9-0-0) es una luchadora no es descubrir nada nuevo. De hecho, lo curioso de la afirmación descansa en el doble sentido de la palabra; en el literal, porque es boxeadora y, por tanto, practica el arte de la lucha; en el figurado, porque su historia de superación es plausible, de una auténtica guerrera. Miriam tiene una cita con el EBU este viernes, en Madrid, pero hasta llegar a esta meta se ha tropezado, se ha caído, se ha dado “hostias” (se las han dado; encima de estas que dejan marcado de por vida, y fuera de las cuerdas); la han vejado, la han humillado, la han ridiculizado. Toda esa ponzoña que se fue acumulando dentro fue alimentando a una bestia que pega puñetazos fuertes y que puede ser la mejor del Viejo Continente en su peso; pero también alimentó a una persona para ser una mejor persona, un ejemplo en el que mirarse.
A pesar de no haber disputado aún el campeonato, Miriam tiene una deuda con el deporte: “[El boxeo] me enseñó a quitarme ese miedo que yo tenía y a saber canalizar ciertas emociones: tenía nerviosismo, miedos, angustias... Todo eso me lo ha dado el deporte”. ‘La Reina’ (así se la conoce dentro del cuadrilátero) fue víctima de violencia de género, y un duro golpe físico -y emocional, también- a los ocho meses de embarazo la arrastró (eso también es casi literal) a parir de inmediato a su hija de ahora 14 años. Por eso ahora es, también, embajadora de la Fundación Jero, que lucha contra las desigualdades sociales y combate la violencia a través del deporte, además de trabajar fuera del ring. Pero siempre hay tiempo si la dicha es buena: “Si yo veo que con las ganas que le pongo llego a muchos corazones, a muchas cabezas, a muchos pensamientos, a mí me llena y siempre tendré tiempo para hacer ver a esas personas que si se quiere, se sale”.
A pesar de no haber disputado aún el campeonato, Miriam está mentalizadísima: “Me encuentro bien: sabemos que hemos trabajado y estoy deseando que llegue el día para poder comer mucho después de la pelea [Risas]. Pero sobre todo, lo que estoy deseando es disfrutarlo”. Para afrontar la contienda, la boxeadora se ha centrado en tres aspectos fundamentales: “alimentación, descanso y entrenamiento”. Este último factor se ha antojado como fundamental, pues este combate es diferente a todos los que ha disputado Miriam por los asaltos, que serán diez. “Tengo que pulir muchos más ajustes por el ritmo del combate”, afirma la boxeadora.
A sus 36 años tiene claro que “llegada esta oportunidad no la va a rechazar”, pero que este no es el último cartucho de su arma. “Si se pierde, a otra cosa, pero ilusión tengo”, asegura. Y el hecho de ser Madrid, su casa, no le aporta seguridad; todo lo contrario: “Me he estado preparando en una serie de virtudes: me encuentro mucho más rápida al bajar de peso y he potenciado una serie de factores que espero que influyan en la pelea, pero si te entra una mano da igual donde sea, vas al suelo y se acabó”.
A pesar de ser ‘La Reina’, no presagia: “No me gusta coronarme: lo siento mucho, pero soy de las personas que no se anticipa a adversidades, por si acaso”. Los golpes que esquiva en el ring son una metáfora del pasado, pero con diferente consecuencia; antes era para proteger su vida; ahora es para verla crecer. Tiene dos motivos de 6 y 14 años para levantar el cinturón el viernes. Y seguro que lo va a hacer.
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