Motociclismo

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Vacaciones de ensueño

La novena victoria seguida en Sachsenring dispara a Márquez hacia el título antes del parón veraniego. «Tomo un avión y esta noche a darlo todo», bromeó

Marc Márquez durante la carrera de hoy, disputada en Alemania/ Reuters
Marc Márquez durante la carrera de hoy, disputada en Alemania/ Reuterslarazon

La novena victoria seguida en Sachsenring dispara a Márquez hacia el título antes del parón veraniego. «Tomo un avión y esta noche a darlo todo», bromeó.

«Ya estoy de vacaciones. Luego tomo un avión y esta noche a darlo todo», confesaba Márquez todavía sin haberse quitado el mono. Acababa de ganar por novena vez consecutiva en Sachsenring y sólo podía pensar en los días de descanso que tiene por delante. Llega el parón veraniego a MotoGP y pocos lo van a disfrutar tanto como Marc, líder destacado de un Mundial que parece suyo. Se va a la playa con 46 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, que es Valentino, tras otra victoria incontestable en Alemania. Una exhibición de poderío que cierra una primera parte de año buenísima para él, en la que ha ido dando respuesta a todos los enigmas que se le han ido planteando.

Terminada la pretemporada, Dovizioso y Zarco eran las dos grande amenazas que tenía para prolongar su dinastía de títulos. El italiano llegaba crecido tras un 2017 fantástico y además ganó en el estreno en Qatar y se las apañó para llegar a Europa como líder. Márquez en este arranque sólo fue capaz de ganar en su jardín de Texas, pero tomó el mando en Jerez y lo extendió en Le Mans completando una serie de tres triunfos consecutivos que sofocaban cualquier tipo de rebelión. Los dos grandes enemigos se habían desintegrado ante el poderío del vigente campeón, que había sobrevivido a su cero de Argentina y lo haría al que vendría después en Italia. Despistes que no han permitido a los demás llegar al intermedio del curso más cerca. Rossi y Viñales tomaron el testigo como rivales más sólidos a pesar de sus problemas con la electrónica. «Menos mal que estaban mal las Yamaha, porque si llegan a estar bien...», decía con ironía ayer el número «93», después de compartir podio con las dos motos azules. Son las más regulares dentro de la irregularidad y esto les sirve para mantenerse al acecho por si mediara una catástrofe. Porque sólo un vuelco de dimensiones mastodónticas podría descabalgar a Márquez, aunque esto son motos y los imprevistos y las lesiones pueden estar en la siguiente curva.

La sensación en el campeonato es muy parecida a la que se vivió en la carrera de Sachsenring: que el campeón está en un nivel superior al resto. El día se presentaba caluroso, así que el desgaste de los neumáticos iba a ser definitivo. Había que tener paciencia y esperar a la parte final para enseñar todas las cartas. Marc, como en lo que va de año, tuvo esa respuesta adecuada en cada momento. Primero evitó la escapada de Lorenzo en los giros iniciales, un clásico del mallorquín, al que le fallaron los reglajes y el neumático trasero elegido. Esto, según él, le llevó a un sexto puesto en lugar de a un podio «factible». Una vez controlados Petrucci y Jorge, tenía campo libre y lo siguiente era mantener a distancia a Rossi, que en el último tercio de la prueba hasta amenazó con intentar darle caza. Llegó a estar a siete décimas, pero acabaron siendo el doble en cuanto el de Cervera se puso serio. En ese tramo marcó la vuelta rápida del día y confirmó que su superioridad ahora mismo es evidente.

Valentino celebró con ganas ese segundo puesto que según él mismo es lo máximo a lo que pueden aspirar los demás y Viñales también estaba bastante feliz con el tercer lugar después de una gran remontada. Dovizioso y Zarco, aquellos que al comienzo eran los otros candidatos, se han perdido en su laberinto, mientras Marc va a disfrutar de unas vacaciones de ensueño.