Motociclismo

A MotoGP se le olvida adelantar

Los cinco primeros clasificados en la carrera de Assen no se pasaron ni una vez en las últimas nueve vueltas

Bagnaia, al frente de la carrera de MotoGP en Assen
Bagnaia, al frente de la carrera de MotoGP en AssenAgencia EFE

La aerodinámica. Una palabra que parecía la salvación de MotoGP y que se está convirtiendo en su condena. La evolución técnica ha ido en ese sentido guiada por Ducati y algunos ya empiezan a avisar de que, o las motos vuelven al punto de partida, o las carreras cada vez se van a parecer más a las de Fórmula Uno, siempre criticadas por los seguidores del motociclismo por la falta de adelantamientos. Las aletas delanteras, que ayudaban a mantener los neumáticos pegados al suelo a grandes velocidades, dieron paso a los apéndices posteriores y ya todos tienen, además, el dispositivo que permite bajar la altura de la suspensión y que los pilotos activan en la salida y en otros momentos de las carreras. Demasiada tecnología que deja menos margen al piloto para ser decisivo y marcar las diferencias.

«Hay mucho nivel de pilotos y mucha igualdad técnica, es todo muy complicado y es difícil brillar», decía Aleix Espargaró después de no poder adelantar a Binder en la parte final del Gran Premio de los Países Bajos. Una carrera en la que los cinco primeros clasificados estaban muy cerca unos de otros, pero donde no hubo ni un adelantamiento entre ellos en las últimas nueve vueltas. Bagnaia lideraba por delante de Bezzecchi, después venían Brad Binder, luego castigado con la pérdida de una posición, Aleix Espargaró y Jorge Martín. Nadie metió la rueda a nadie y no por falta de ganas. Sucede que las MotoGP actuales son muy rápidas, pero a la vez cada vez más grandes, con motores más voluminosos que con la aerodinámica permiten a todos frenar mucho más tarde y hay sólo una trazada buena.

Han perdido la agilidad de no hace mucho tiempo, cuando alguien como Marc Márquez podía cambiar la trayectoria en mitad de una curva y sorprender al que le acababa de adelantar encontrando un hueco por el otro lado. Y por si esto fuera poco, ir detrás de otra moto se ha convertido en un suplicio, por la subida de la presión de la rueda delantera por el aire caliente que recibe y por un rebufo que convierte las frenadas en una auténtica lotería.

Los manillares se han llenado de botones al estilo de los volantes de F-1 y el instinto del piloto cuenta menos. Los adelantamientos se han reducido y muchos ya piden que se reduzca la carrera tecnológica por el bien del espectáculo. Ducati piensa distinto: han pasado muchos años hundidos y ahora lideran por aplastamiento, mientras clásicos como Honda y Yamaha sufren y otros, como Suzuki, directamente se han ido.