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Mundial de Atletismo: Dos bronces y un drama

Óscar Husillos quedó descalificado por pisar fuera de su calle después de ganar el oro en los 400 metros, con récord de Europa, en el Mundial en pista cubierta. Saúl Ordóñez fue tercero en 800, como Ana Peleteiro en triple salto.

Saul Ordonez, plata, junto al también español Alvaro De Arriba, cuarto, tras la prueba de 800 metros. Ap
Saul Ordonez, plata, junto al también español Alvaro De Arriba, cuarto, tras la prueba de 800 metros. Aplarazon

Óscar Husillos quedó descalificado por pisar fuera de su calle después de ganar el oro en los 400 metros, con récord de Europa, en el Mundial en pista cubierta. Saúl Ordóñez fue tercero en 800, como Ana Peleteiro en triple salto.

El sueño, pesadilla. Drama, incluso. Óscar Husillos impresionó, un misil en los 400 para ganar el Mundial en pista cubierta de Birmingham. Con una marca increíble, 44.92: récord de Europa, de los campeonatos y quinto mejor registro de la historia. Manolo Martínez, el único oro español en esta competición, en peso, en Birmingham también, en 2003, ya no estaba solo. Pero... Sorpresa. Cuando Husillos lo estaba celebrando, con la bandera al cuello e incluso hablando en zona mixta de su proeza, la noticia: descalificado. Su cara lo decía todo. Imposible. La Federación hizo una protesta, pero el presidente, Raúl Chapado, admitió que por milímetros había pisado fuera de su calle. Esos milímetros fueron un mundo. Luguelín Santos, que había sido plata, también quedó fuera por la misma razón. Quien finalmente se colgó el oro fue el checo Pavel Maslak, a quien le honraron sus palabras: «Óscar y Luguelín han sido superiores a mí. Este oro me sabe a bronce».

Fue una noche de despachos también en la final de 800. Por las sensaciones de las semifinales se esperaba a Álvaro de Arriba, pero esta vez no pudo remontar como suele. Saúl Ordóñez, que era el que peor marca tenía de los seis participantes, optó por la táctica contraria: empezar fuerte. «En el mediofondo el descaro es lo más importante», aseguró el atleta de Ponferrada. «Por los pelos no he logrado la plata», añadió. Todavía no sabía que Windle, que le había podido en el último suspiro, estaba descalificado por un empujón. Protestó la Federación estadounidense y al ser algo interpretativo, no como lo de Husillos, en la revisión le devolvieron la plata, y Ordóñez volvió al bronce. El polaco Kszczot había sido claro oro.

No hubo ni un pero en el otro éxito del atletismo español en la jornada de ayer. Iván Pedroso, mito de este deporte, ahora entrenador, lo avisaba desde hace tiempo: «Ana Peleteiro dará el salto que todos están esperando». Y en Birmingham voló. Un salto de 14,40 que le sirvió para colgarse el bronce en triple. «Por fin», gritó la atleta gallega, que sólo tiene 22 años, aunque se lleve hablando de ella desde hace mucho tiempo. La de vueltas que ha dado ya pese a su corta edad. En 2012 fue campeona del mundo júnior y entonces todos se fijaron en ella: la esperanza, el futuro, su nombre en todos lados... Un arma de doble filo, cuando apenas eres una niña. «Ganar en 2012 me abrió muchas puertas. Tal vez sin aquella victoria no tendría el nombre que tengo, pero cuando vino la realidad, choqué contra la pared y pensé que ojalá no hubiera ganado aquel campeonato», confesó ayer. En conversación con este periódico dijo hace tiempo que fue duro digerir aquello.

Después llegaron las lesiones y los cambios. De su Ribeira, donde se forjó en entrenamientos contra los elementos («Apenas teníamos un galpón, no teníamos tejado. Sólo entrenábamos dentro cuando era imposible, y con esto me refiero a cuando había alerta roja por el tiempo y no íbamos al colegio. En invierno todas las técnicas eran bajo la lluvia, tenía que llevarme tres mallas, otras tres camisetas...», confiesa), pasó al CAR de Madrid para ponerse a las órdenes de Juan Carlos Álvarez. Primero tuvo problemas en la espalda, después, uno en la rodilla «que no aparece ni en los libros», admitía. Más piedras en el camino. Cambió de aires para irse a Portugal y finalmente ha encontrado estabilidad en Guadalajara junto a Iván Pedroso y su grupo, entre los que está la venezolana Yulimar Rojas. Ella es la mejor, de la que Peleteiro aprende a diario y con la que bromeó en la sesión de fotos de las vencedoras, pues fue una de las dos que consiguió ganarla ayer. Logró el oro (14,63), mientras que la plata se la colgó la jamaicana Kimberly Williams (14,48). «Salté por mi familia, por mi entrenador y, sobre todo, por España, que ya se merecía una alegría de mi parte», aseguró Peleteiro. Tras dos primeros intentos flojos (13,18 y 13,82), le entró una duda. «Llevo toda la temporada por encima de 14 metros, no la cagues ahora», dice que pensó. A la tercera, 14,18, ya estaba en la pelea; y a la cuarta, el vuelo de bronce, los 14,40.