Supercopa
Así sufren los árbitros el «caso Negreira»: «Vas a un supermercado y te increpan»
Martínez Munuera, el árbitro de la final de la Supercopa, y Soto Grado, el del VAR, han comparecido en rueda de prensa antes del clásico
«Parece ser que no mordéis», decía Juan Martínez Munuera, el árbitro de la final de la Supercopa a los periodistas presentes en la rueda de prensa que ofreció junto a César Soto Grado, el encargado del VAR en el clásico. No están muy acostumbrados a hablar en público, pero aprovecharon la comparecencia para explicar su visión del «caso Negreira», revivido mediáticamente en los últimos días después de que se hiciera pública la declaración del exárbitro González González en las que aseguraba que el Barcelona pretendía influir en los arbitrajes con los pagos a Enríquez Negreira.
«No he leído muchas noticias porque estamos muy cansados del "caso Negreira". Cuando hay alguien corrupto en una compañía no todo el mundo es corrupto. Es una persona o un personaje que se aprovecha de su posición, que ha sido el que más daño ha hecho en la historia del arbitraje. Espero que se solucione en el juzgado y que pague el que tiene que pagar y que a los árbitros se nos deje en paz porque los árbitros no somos corruptos. Es esa persona la que fue corrupta si es que el juzgado determina que lo fue», asegura con vehemencia Soto Grado.
«A mí no me citaron, se me hizo un requerimiento para que por escrito detallase distintos aspectos-. Cuando se estuvo citando a los compañeros yo estaba en el Mundial femenino, que estuve dos meses, y a mí no se me citó», explica Martínez Munuera. «Sé que a mi hermano le citaron cuando yo estaba en Sidney, que le pidieron máxima discreción. A mí se me requirió para que detallase cuál había sido mi relación con él y cuando se dé la sentencia os puedo garantizar que voy a contestar a todas las preguntas sobre Javier Enríquez o lo que sea. Estoy supertranquilo. No he hecho nada ilegal, no tengo miedo en absoluto, tengo ganas de que se solucione. Que ya no es que la gente te llame corrupto en el campo, es que se traslada a lo personal. Vas al supermercado y hay gente que te increpa, que te llama corrupto, vas con tu mujer y con tu hijo y tienes que estar mirando parta atrás a ver qué tipo de persona es. Esto es lo que a nosotros nos preocupa, esto al arbitraje le ha hecho muchísimo daño. Por mí mañana que salga la sentencia y pasado contesto a todas las preguntas sobre este señor. Ahora tengo que permanecer en segundo plano», añadía.
«Lo que pedimos es que salga ya la resolución judicial. Las personas corruptas son las que tienen que ser las que paguen. El colectivo va a quedar muy limpio después de esas sentencias, mi colectivo es muy limpio u no tiene nada que ver. No por una persona que sea corrupta todas las personas de un colectivo tienen que serlo. Estoy convencido de que empataremos este partido e incluso ganaremos de cara a la sociedad», afirma Soto Grado. «Si los compañeros dicen que algo pintaba ellos son los que tendrían que dar explicaciones», dice sobre la importancia que tenía Enríquez Negreira en el Comité Técnico de Árbitros (CTA).
«No me consta que tuviera ninguna incidencia en la carrera de ningún árbitro. Llevo once años en Primera, tres en Segunda y he hablado tres veces con él y conversaciones de 30 segundos. El peso del Comité lo llevaban Manolo Díaz Vega y Sánchez Arminio y la mayoría de las decisiones importantes eran de ellos», reconoce Martínez Munuera.
Soto Grado quita importancia a los vídeos de Real Madrid televisión sobre el arbitraje, ya que asume que es algo que hacen todos los clubes por distintas vías. «Yo creo que esos vídeos que hace un canal unos lo hacen a través de vídeos, otros a través de Twitter o de otros canales, hasta tiktok. Intenta condicionar al árbitro, pero no lo consiguen porque somos un colectivo fuerte, con bastante personalidad. Las decisiones en el campo las intentamos tomar de la manera más ecuánime posible y lo único que queremos es acertar», dice.
Todo contribuye a un ambiente de crispación alrededor de los árbitros, pero la culpa la traslada Soto Grado a los medios. «Mucha de esa culpa la tenéis vosotros por las noticias que se dan. Hay veces que se dan aciertos como errores. Cada año intentamos mejoras, hay años que no hemos estado bien, que nos hubiera gustado estarlo, pero nuestro trabajo depende de lo bien que o mal que lo hagamos. Todos los años bajan dos árbitros de categoría, imagínate lo que trabajamos porque si no el año que viene el Comité dice César Soto se va a su casa. Intentamos mejorar día a día y fin de semana a fin de semana. Muchas veces nos equivocamos y muchas veces el VAR no nos ayuda porque es una jugada gris y cada semana tenemos una reunión para intentar mejorar e ir todos a una», asume Soto Grado.
«Esta es mi temporada número once. La mitad de mi carrera ha sido sin VAR y me he ido a mi casa con errores groseros. Ahora sé que un equipo no nos va a marcar un gol en fuera de juego. A nosotros nos ha facilitado la labor, te da un poco de tranquilidad, pero el árbitro tiene que tomar decisiones en el campo y cuando se cometa un error que nos llamen y estar abiertos pata el cambio», dice sobre el VAR Munuera Montero.
Pero la presencia del VAR no les libra de la sospecha. «Ya no se te cuestionan decisiones. Se cuestiona tu honestidad que puedas haber cometido una ilegalidad. Es el momento más complicado desde que arbitrábamos en Regional. El fútbol es maravilloso, quién me iba a decir que iba a disfrutar de un clásico, de una final de Supercopa, pero cuando ves que se habla de cosas externas te da un poco de pena», añade.
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