Atletismo
Paul McGrath sueña "en grande" con la vista puesta en Los Ángeles 2028
El joven marchador catalán, bronce en 20 kilómetros marcha en el Mundial de Tokio, mira al futuro con la intención de consolidarse en la elite global de la disciplina
Paul McGrath fue la sorpresa agradable del Mundial de Atletismo para España. Y es que, apenas meses después de que Álvaro Martín se retirase, nuestro país ya ha logrado presentar un marchador con opciones de medalla en una cita del máximo nivel. Así lo demostró con su bronce en Tokio hace ahora una semana.
El catalán de 23 años ha respondido en una entrevista a EFE que le "motiva" que se le vea en nuestro país como el sucesor de una figura del calibre de Álvaro: "Que me digan que puedo pelear finales y medallas a nivel mundial, europeo o incluso olímpico me da una gasolina extra. Y también me impulsa saber que, tras cada entrenamiento y cada día, hay getne que cree, apuesta o confía en mí", ha dicho.
Su primera competición de gran nivel en categoría abosluta fueron los Juegos Olímpicos de París, a los que logró el billete directo en el Campeonato de España de Ruta de Zaragoza: "Fue la mejor competición que he hecho", recuerda, al ganar a Álvaro Martín: "Ganar a un doble campeón mundial me hizo ver que no valgo solo para clasificarme, sino para hacerlo bien", rememora. En París, pese a acabar decimoséptimo, vivió "los mejores diez días" de su vida deportiva.
McGrath preparó el mundial de Tokio concentrao en Font-Romeu, en plenos Pirineos, bajo la supervisión de su entrenador, Alejandro Aragoneses. Alguien a quien define como "un maestro de la preparación física y mental". Además, llegó a la capital japonesa dos semanas antes de competir para aclimatarse: "Al principio fue un shock, de 20 grados en Pirineos a 34º con un 80 por ciento de humedad", revive, aunque luego las condiciones mejoraron: "Cada día me sentía mejor, más motivado y relajado. Sabía que sería un gran día".
El pronóstico se cumplió. Durante la carrera, McGrath resistió los cambios de ritmo en el grupo cabecero. A falta de cuatro kilómetros, vio cómo el plusmarquista mundial, Toshikazu Yamanishi, recibió su tercera advertencia y fue sancionado con tres minutos de parada, lo que colocó al marchador catalán en primera posición.
"No sentí nervios; iba confiado, pero sabía que ya tenía dos advertencias y que una tercera me enviaría al 'pitlane' con tres minutos de penalización, lo que podría arruinar mi carrera. Tuve que controlar el ritmo, mantener la calma y asegurarme de completar la prueba sin infracciones", relata.
Precavido, McGrath permitió que el brasileño Caio Bonfim y el chino Zhaozhao Wang le adelantaran, y se centró en asegurar el podio. El francés Aurélien Quinion intentó superarle en el tramo final, pero McGrath resistió y cruzó la meta en tercera posición, logrando su primera medalla mundialista. "Mi objetivo era aguantar y llegar limpio, sin ninguna tarjeta más. Y eso hice. Cuando comprobé que era bronce, agotado física y mentalmente, lo único que quería era abrazar a mi hermana, que había venido a verme. Fue un momento realmente emotivo", recuerda.
Al hablar del presente de la marcha española, McGrath no duda en reivindicar la figura de María Pérez, cuatro veces campeona del mundo tras los dos oros conquistados en Tokio, y ya la atleta española ¿entre hombres y mujeres¿ con más títulos mundiales en atletismo. "Lo que ha hecho es absolutamente histórico. Ganar primero el 35 y luego el 20, pese a problemas físicos, la convierte en una 'superwoman'. Ojalá tuviese el reconocimiento que se merece una doble campeona mundial", lamenta.
Para el marchador catalán, el secreto de la regularidad española en esta disciplina "la más laureada del atletismo nacional, con 54 medallas internacionales y siete olímpicas" reside en el nivel de sus entrenadores.
"En cualquier país donde hay grandes atletas, siempre hay grandes entrenadores detrás. En España tenemos esa suerte, contamos con entrenadores buenísimos que hacen que la marcha sea una de nuestras grandes potencias y que siempre haya medallas", apunta.
Aunque sus resultados ya lo sitúan entre los mejores del mundo, McGrath prefiere mantener los pies en el suelo y mirar a medio plazo. En su horizonte aparecen los mundiales y europeos, pero sobre todo un gran objetivo: los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. "Yo contesto en 'Dream Big'. Hay que soñar grande, seguir trabajando y espero estar ahí. Una vez allí, me da igual lo que pase, pero quiero llegar sano, con ganas, y que suceda lo que tenga que suceder. Siempre hay que soñar muy alto", sentencia.