Oriente Medio

Israel frente a la flotilla Global Sumud: ¿qué pasará cuando llegue a Gaza?

Una posible operación contra las embarcaciones estaría ejecutada por la unidad de élite israelí Shayetet 13, especializada en abordajes marítimos

O.Próximo.-El Ejército israelí advierte que está "listo" para interceptar a flotilla que busca romper el bloqueo en Gaza
O.Próximo.-El Ejército israelí advierte que está "listo" para interceptar a flotilla que busca romper el bloqueo en GazaEuropa Press

La tensión en el Mediterráneo oriental crece a medida que la Global Sumud Flotilla, un convoy de barcos con activistas y toneladas de ayuda humanitaria, avanza hacia la Franja de Gaza con la intención declarada de romper el bloqueo naval israelí. En Tel Aviv, el Ejército ya ha avisado: la Armada está lista para interceptar. “Estamos bien preparados para defender las fronteras del Estado de Israel, al igual que ya lo hacemos por tierra y aire. Estamos listos”, declaró el portavoz militar Effie Defrin. Sus palabras no dejan lugar a dudas: habrá un encuentro en el mar.

La flotilla, compuesta por unas 45 embarcaciones y delegaciones de más de 40 países, dice transportar unas 250 toneladas de suministros. Para sus organizadores, no se trata solo de comida o medicinas: quieren denunciar lo que llaman “genocidio” en Gaza y el carácter ilegal del bloqueo impuesto desde 2009. Israel, en cambio, repite que el bloqueo es legal, que tiene como objetivo impedir el contrabando de armas hacia Hamás, y que la ayuda se puede entregar a través de puertos controlados o mediante pasos fronterizos terrestres.

En los últimos días, las autoridades israelíes habrían ofrecido a los activistas redirigir los barcos hacia Askelon, donde los cargamentos podrían ser revisados y luego enviados a Gaza. Pero la propuesta fue rechazada. La flotilla insiste en llegar directamente al enclave.

Cada movimiento revive el recuerdo trágico de 2010, cuando el asalto israelí al barco turco Mavi Marmara terminó con la muerte de diez activistas y una crisis diplomática con Ankara. En esta ocasión, Israel parece decidido a evitar un derramamiento de sangre, pero al mismo tiempo asegura que no permitirá una ruptura del bloqueo.

Las opciones son limitadas. Si deja pasar a la flotilla, corre el riesgo de sentar un precedente que otros intenten repetir. Si la intercepta con violencia, podría desatar otra tormenta diplomática. Y si solo confisca la carga, el efecto simbólico de la acción podría terminar reforzando el mensaje de los activistas.

Según medios israelíes, una operación de interceptación estaría en manos de la unidad de élite Shayetet 13, especializada en abordajes marítimos. Los planes incluirían tomar control de los barcos, arrestar a quienes se resistan y confiscar las embarcaciones. Incluso se habla, de manera extraoficial, de hundir algunas naves tras evacuar a sus ocupantes.

No se trata solo de logística naval. En medio de la guerra contra Hamás, que ya se prolonga casi dos años, Israel enfrenta nuevas presiones diplomáticas y campañas internacionales que cuestionan sus operaciones en Gaza. El gobierno de Netanyahu y su entorno responden acusando a los promotores de tener vínculos con Hamás en Europa. “Todos los que apoyan esta flotilla en realidad apoyan a los asesinos del 7 de octubre”, dijo Defrin, en referencia al ataque de Hamás de 2023.

Qué pasará con las fragatas italianas con y el buque "Furor" español

Tanto Italia como España han decidido implicarse directamente en la travesía de la flotilla, aunque con matices diferentes. Roma envió dos fragatas con la orden oficial de “proteger” a los civiles, pero también de insistir en que la ayuda se entregue en Chipre bajo supervisión de la Iglesia católica, lo que en la práctica suaviza la confrontación con Israel. Madrid, por su parte, despachó el buque de acción marítima Furor, con la misión de escoltar a los barcos y garantizar rescates si hubiese incidentes. Fuentes diplomáticas explican que ninguno de los dos buques europeos tiene como mandato enfrentarse militarmente a la Armada israelí en caso de abordaje, sino vigilar, registrar incidentes y evacuar a activistas en riesgo.