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Lo que faltaba: Nicolás Maduro, "presidente" de la Federación de Fútbol de Venezuela
El político exigió la destitución del seleccionador
La selección de Venezuela vive horas de convulsión tras la destitución de Fernando “Bocha” Batista como director técnico de la Vinotinto. La decisión llegó después de la dura derrota por 3-6 frente a Colombia en la última jornada de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, resultado que dejó al equipo sin opciones de repechaje y lo relegó al octavo lugar de la clasificación con apenas 18 puntos. La Federación Venezolana de Fútbol (FVF) anunció oficialmente el despido del entrenador argentino y de todo su cuerpo técnico, alegando que no se habían cumplido los objetivos deportivos trazados al inicio del proceso.
La crisis tomó un giro político cuando el presidente Nicolás Maduro pidió públicamente una reestructuración total en la selección. En su declaración, exigió cambios profundos en la estrategia, la doctrina y la línea de trabajo, al mismo tiempo que manifestó respaldo a los jugadores y subrayó que el país entero reclamaba un nuevo rumbo para la Vinotinto. Sus palabras influyeron en la inmediatez de la decisión federativa, que no esperó a que pasaran los días posteriores a la eliminación para actuar.
Batista había asumido en marzo de 2023, tras la salida de José Pékerman, y bajo su mando la selección mostró momentos de evolución futbolística, como la clasificación a los cuartos de final en la Copa América 2024. Sin embargo, la irregularidad en las Eliminatorias y la caída final contra Colombia marcaron el punto de quiebre. La FVF agradeció el compromiso del entrenador y reconoció su trabajo, pero consideró necesario un cambio para “garantizar que la Vinotinto siga avanzando en su proceso de crecimiento y consolidación”.
El despido de Batista abre ahora un nuevo capítulo para el fútbol venezolano, que deberá encontrar un seleccionador capaz de retomar la confianza de un país que aún sueña con ver a su equipo en una Copa del Mundo. La presión política, social y deportiva es máxima, y la próxima elección de técnico será decisiva para el futuro inmediato del proyecto Vinotinto.