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Entrevista

Carlos Alcaraz: “Aunque fuera el número uno seguiría siendo un chico sencillo”

Con 18 años es la sensación del circuito. Ha subido 109 puestos en la clasificación en 2021 y le repiten que debe mantener los pies en el suelo. «Pero no me lo tienen que decir mucho, porque lo sé», dice

Carlos Alcaraz celebra un punto en su victoria ante Tsitsipas en el Abierto de Estados Unidos
Carlos Alcaraz celebra un punto en su victoria ante Tsitsipas en el Abierto de Estados UnidosSeth WenigAP

Carlos Alcaraz (El Palmar, 18 años) ha llegado al circuito con la fuerza de un huracán. Empezó 2021 en el puesto 141 del mundo y ahora es el 32, ganó su primer torneo (Umag), tuvo tres triunfos contra «top 10», incluido uno espectacular ante Tsitsipas en el US Open; se ha llevado los piropos de Djokovic, de Nadal e iba a disputar la Davis hasta que un positivo por covid se lo impidió. Ya está recuperado y entrenando para un curso en el que debe luchar contra eso que dicen: que es más difícil mantenerse que llegar.

¿Cómo recibió la noticia de su positivo?

Fue duro, la verdad, porque venía de entrenar bien y encontrarme bien, estaba jugando a un gran nivel y fue un duro golpe al momento de recibir la noticia.

Le dio tiempo a convivir unos días con el equipo. ¿Cómo fue?

Fue espectacular, con todos los jugadores del equipo y el capitán fue una estancia muy, muy buena, una experiencia que siempre había querido vivir.

¿Cómo vivió la Copa Davis desde casa?

España lo dio todo y eso es lo que más importa, al margen de que se gane o pierda. Vi muy bien al equipo, muy competitivo.

¿Qué objetivos se marca para 2022?

Ya estoy entrenando, apenas paré unos días. Uno de los objetivos que tengo para 2022 es intentar acabar entre los 15 primeros.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene con una raqueta?

De jugar... De entrenar. Me acuerdo que tenía un grupo de amigos en el club de campo con los que me lo pasaba en grande entrenando, tendría cinco o seis años. Mi padre era entrenador y era el director de mi club, pero yo no entrenaba con él. Algunos domingos que le pillaba por casa le pedía que me entrenara un poquito, pero de normal no lo hacía él.

¿Cómo eran aquellos años?

Era un chico competitivo, me gustaba competir siempre y, bueno, a los siete, ocho o nueve años ya empezaba a competir en torneos por Murcia y me llevaban mi madre o mi padre, quien pudiera.

¿Y en quién se fijaba?

Me acuerdo que intentaba ver a todo el mundo. Me gustaba mucho Federer, me gustaba mucho Djokovic, pero siempre me he fijado en Rafa.

Y sigue viendo mucho tenis: dicen que hasta desayunando mira partidos en Youtube...

Sí, sí. Intento ver mucho tenis. Cada partido que haya y puedo ponerlo, intento verlo. O resúmenes en Youtube. También es verdad que sigo mucho los resultados. Me encanta ver, porque viendo aprendo y al final cada partido que veo sé que a lo mejor algún día voy a jugar contra ese jugador y entonces ya no me pilla por sorpresa.

¿Cómo fue la primera vez que habló con Juan Carlos Ferrero?

Yo ya había ido a la academia a jugar algún torneo que se hacía, de pequeño, había ido también alguna vez a entrenar con jugadores allí de la academia y un día pues me dijo que a ver si entrenábamos juntos y para mí fue una locura. A raíz de ahí fue empezando un poco todo.

¿Cómo es?

Él es exigente, pero al final es lo que hace falta para ser de los mejores. Hay que ser exigente con uno mismo, exigente con los demás, y Juan Carlos lo es.

¿Le intenta mantener los pies en la tierra con todo lo que está viviendo tan rápido?

Sí, bueno, él me lo ha dicho, que tengo que seguir centrado en lo que estoy haciendo, pero yo también lo tengo claro, yo mismo tengo claro que ser humilde y tener los pies en la tierra es lo más importante, así que no hace falta que me lo diga muchas veces porque yo tengo claro que seguiré siendo el mismo, seguiré siendo un chico sencillo.

¿Ni con triunfos como el que logró ante Tsitsipas en el US Open se le va a uno la olla?

Ja, ja. Ganar un partido de esa magnitud te da a conocer, pero es lo que he dicho, seguiré siendo el mismo gane lo que gane o sea lo que sea, gane muchos Grand Slams o, aunque sea el número uno del mundo, seguiré siendo el mismo chico sencillo de siempre.

En el Masters 1.000 de París contra Hugo Gaston, con el público en contra, lo pasó mal [le remontaron un 5-0 en el segundo set] ¿Qué sucedió y qué le dijo Juan Carlos Ferrero?

Hablamos un poquito del partido, de cómo me vi yo en pista, de mis sensaciones... Fue difícil en el momento, gestionar las emociones y saber llevarlo. Pero días después, ya con calma, me doy cuenta de lo importante que ha sido pasar por esa experiencia. Creo que puedo decir que estoy contento de haber podido pasar por esa experiencia tan pronto y haber aprendido eso tan pronto.

Ha ido todo muy deprisa este año, ¿lo asume bien?

Yo lo asumo bien. Al final en el tenis ganas un torneo y al día siguiente estás empezando otro, así que no te da tiempo a venirte arriba por el torneo o por el partido ganado. Yo soy un chico ambicioso que quiere más, así que cada vez que gano un torneo me da confianza para los siguientes.

Y la fama, que la gente se fije en lo que hace, ¿le gusta?

Me gusta, claro que me gusta que la gente me conozca, me anime, vaya conmigo... Pero más allá de tomarlo como un apoyo, intento no darle demasiada importancia.

¿En qué cree que puede mejorar?

Obviamente tengo muchas cosas que mejorar, pero te diría que en lo que más es fuera de pista, cuidar los detalles al máximo un poquito mejor. Cuando quieres dar un salto a la élite, a lo mejor de lo mejor, necesitas hacer cosas diferentes a los demás, cuidar los detalles, descansar bien, comer bien, ser ordenado... Todo lo de fuera de pista cuenta para luego jugar bien o estar mejor en pista.

¿Y lo mental lo entrena?

Trabajo con una psicóloga, con Isabel Balaguer, y la verdad es que llevo ya un par de años que me ayuda muchísimo. Creo que sin ella no podría estar donde estoy ahora mismo tan pronto. Me ayuda muchísimo a controlarme a mí mismo en pista, a controlar las emociones, que es súper importante. Es un deporte en el que tienes que saber que vas a fallar, que vas a perder, y tienes que aprender de esos fallos y de esos errores para a la próxima no volver a repetirlos y hacerlo mejor.