Open de Australia
Novak Djokovic se enfrenta a penas de hasta cinco años de prisión
El tenista serbio, que ya tiene rival en el torneo, podría ser deportado y se enfrenta a duras penas por falsificación documental
El culebrón Djokovic sigue sumando capítulos cada día. La organización del Open de Australia aplazó esta mañana el sorteo ante la dudas sobre la deportación del tenista serbio y a la espera del anuncio del ministro de Inmigración australiano Alex Hawke, sobre la permanencia del tenista serbio en el país.
Finalmente, finalmente la organización del Open de Australia ha decidido no alargar más la espera y ha decidido arrancar con el sorteo tanto del cuadro femenino como del cuadro masculino del primer Grand Slam de la temporada incluyendo al tenista serbio.
¿Semifinales Djokovic-Nadal?
Novak Djokovic está en el cuadro del Open de Australia. El serbio, de momento, cuenta como participante en el primer Grand Slam de la temporada y se enfrentará a Kecmnaovic. Rafa Nadal debutará frente a Marcos Giron, mientras que ha caído en el mismo lado del cuadro que Novak Djokovic, con quien podría cruzarse en semifinales. Pero todo esto puede cambiar si el tenista serbio es finalmente deportado. En Australia ya se habla incluso de que puede enfrentarse a una pena de hasta cinco años de cárcel.
El tenista serbio, Novak Djokovic, admitió haber cometido “errores humanos” en los documentos para entrar a Australia y acudir a una entrevista con un medio deportivo tras conocer su positivo por la covid-19.
Tras detallar que viajó a España desde Belgrado durante los 14 días previos a llegar a Australia, ya reconoció un error. Pero ahora las autoridades locales tienen bajo la lupa otro proceso: Djokovic aseguró que recibió el test positivo la noche del 17 de diciembre, pero en su declaración jurada ante la corte advirtió que fue “examinado y diagnosticado” el 16 de diciembre, según el diario The Age.
“La pena máxima por dar datos falsos en virtud de la Ley de Delitos es una pena de prisión de cinco años”, subrayan en dicho medio. A esto hay que sumarle que días atrás fuentes de Inmigración australianas habían advertido en medios locales que podrían impedirle la entrada al país por un periodo de hasta tres años.
“A una persona cuya visa haya sido revocada se le puede prohibir por un período de tres años que se le emita incluso una visa temporal”.
No es el único tema que está bajo la órbita después que surgieran dudas razonables sobre el resultado de su test. La documentación iba acompañada de todos los detalles: se hizo la prueba PCR a las 13:05 y siete horas después (20:19) le informaron de que estaba infectado. En la hoja donde se explica todo hay un código QR que dirige a una web con los resultados y según han publicado periodistas como Ben Rothenberg, de The New York Times ,o el medio alemán “Der Spiegel” primero llevaba a un resultado negativo y después positivo.
¿Un test manipulado?
En The Age advierten que la oficina encargada del asunto está revisando todos estos interrogantes: “Está investigando si el resultado positivo de Djokovic para COVID-19 fue manipulado después de que surgieran inconsistencias sobre el momento y el resultado de su prueba PCR”.
Los funcionarios de inmigraciones decidieron “ampliar” la investigación después de que todas estas pruebas situaran el foco en el incumplimiento de aislamiento en Serbia, los fallos al completar su formulario de entrada a Australia y las inconsistencias en torno a la fecha de los resultados de su test.
Independientemente de esta situación, el ministro de inmigración, Alex Hawke, tiene en sus manos el poder especial de cancelar la visa más allá de la decisión reciente de la justicia. El argumento que se plantea es que la infección previa de coronavirus en los últimos seis meses no es una justificación válida para no haber recibido la vacuna. Hawke cuenta también con la posibilidad de deportar al número 1 del ranking mundial alegando simplemente motivos de salud pública.
Djokovic podría vivir algo similar a lo ocurrido con la tenista checa Renata Voracova, quien fue deportada del país incluso después de jugar un torneo.
Asimismo, el tenista podría enfrentarse a un problema en su país por no haber cumplido el aislamiento que marca la ley tras dar positivo por coronavirus. La primera ministra de Serbia, Ana Brnabic, reconoció ante la BBC que el tenista podría haber cometido una “clara violación” si salió de su casa sabiendo que tenía COVID-19.
Según el artículo 248 del Código Penal de Serbia, las infracciones de las órdenes de pandemia se castigan con una sanción financiera y un máximo de tres años de cárcel, aunque las penas privativas de libertad han sido raras. Habitualmente, los infractores han recibido sentencias suspendidas y multas de hasta 2.000 euros.
¿Entró ilegalmente en España?
Su visita a España también está bajo sospecha. Las autoridades de inmigración investigan -según medios australianos- si el tenista mintió a su entrada a Australiacuando aseguró que no había visitado ningún tercer país las dos semanas previas, lo que podría conllevar que su visado fuera cancelado de nuevo.
El número uno del mundo estuvo entrenando en unas instalaciones en Sotogrande (Cádiz), según sus redes sociales, y viajó desde Málaga hacia Australia, según el presidente del Comité Olímpico serbio, Borizadr Maljkovic.
Y precisamente ese viaje es el que ahora investiga no solo Australia si no también España. Interior trata de esclarecer si el tenista entró de forma ilegal en nuestro país. Según adelantó la cadena Cope, estuvo en Belgrado al menos del 14 al 25 de diciembre y posteriormente viajó a Marbella el 31 de diciembre, y el 2 y 3 de enero, donde estuvo entrenando, no en una “labor necesaria” ni participando en “pruebas deportivas de alto nivel”.
En el caso de que el ministro de Inmigración decidiera cancelar su visado, para lo que no tiene una fecha límite, el jugador podría de nuevo recurrir la decisión ante la justicia.
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