Tenis
El vergonzoso comportamiento de Medvedev: su entrenador, harto, se fue del partido
Gilles Cervara decidió marcharse cansado de los gritos del número 1 del mundo tras perder su servicio en el juego inicial del segundo set en la final de Halle
El ruso Daniil Medvédev es un “enfant terrible” del tenis mundial y ha demostrado en varias ocasiones que que tiene un carácter explosivo. Algo que ha vuelto a poner de manifiesto en la final de Halle frente a Hubert Hurkacz, donde cayó frente al polaco.
El partido fue un suplicio para el ruso, que fue borrado de la pista en los dos sets que duró. Especialmente el primero fue duro para Medvedev, donde no encontraba sensación alguna y eso le desquició totalmente. Perdió los papeles y pagó su mal momento con su entrenador, que se encontraba en la grada. Tras perder el servicio en el juego inicial del segundo set , el ruso se puso a gritarle a su entrenador de muy malas maneras. Fue la gota que colmó el vaso de Gilles Cervara, que se levantó, recogió sus cosas y abandonó la pista visiblemente molesto.
No entró bien al partido Medevedev, que había ganado dos de los cuatro encuentros previos al polaco. Sin embargo, el único jugado en hierba entre ambos, en Wimbledon, y también el más reciente, en el Masters 1.000 de Miami, acabaron del lado de su rival.
Además, Medvedev cayó con estrépito. Protagonizando una escena bochornosa con su entrenador, que terminó abandonándole en mitad del partido tras sufrir varios gritos del tenista ruso durante el encuentro.
Primero, tras comenzar 0-5 en el primer set, el número 1 del mundo la tomó con su entrenador, Gilles Cervara, al que gritó en varias ocasiones.
Algo que volvería a repetir en la segunda manga. Con una diferencia, en esta ocasión, el preparador francés se levantó de su asiento y abandonó la pista, dejando una imagen que perjudica seriamente al tenista ruso.
Tras el partido, Medvedev se disculpó con el público de Halle por no hacer el partido “más largo e interesante”. Además, admitió que “no ha sido fácil estar en la pista conmigo esta semana”.
A pesar de estar en lo más alto del ranking mundial, lo cierto es que Medvedev no atraviesa un buen momento: ha perdido las últimas finales que ha disputado y, además, no podrá disputar Wimbledon por el veto a los tenistas rusos por la guerra de Ucrania.
El lío con el juez de silla español
No es la primera vez que el tenista ruso monta una de la suyas en la pista. Este mismo año, Estaba jugando la semifinal del Open de Australia, en busca de desafiar a Nadal en la final, contra el griego Tsitsipas. Un partidazo, igualado. El ruso se impuso en el primer set en el tie break, y el segundo se le complicó con un break en contra al principio. Al rato, se sentó en un descanso y los gritos contra el juez de silla español Jaume Campistol se escucharon en toda la Rod Laver Arena y más allá, por considerar que su rival estaba haciendo trampa.
Medvedev comenzó gritando. “¿Estás loco?”, le dice. Y le pregunta de forma reiterada: “¿Puede su padre estar hablando en cada punto?”. Lo dice enloquecido una y otra vez. El padre de Tsitsipas, Apostolos, es además su entrenador y si le estaba dando instrucciones es “coaching”, algo que está prohibido y que se puede sancionar con un “warning” (advertencia) y con la pérdidas de puntos si continúa. El número dos del mundo fue perdiendo los papeles: “¿Eres estúpido?”, le chilla en un momento. Y sigue con él: “¿Puede su padre hablarle en cada punto?”. Para seguir con: “Eres un mal tío. Mírame a la cara, te estoy hablando”. El encuentro continuó y el árbitro español tampoco quiso advertir y sancionar al jugador ruso, que terminó perdiendo ese segundo set. La historia continuó y Medvedev acabó diciendo a Campistol era “cómo decirlo... Un gatito”.
Medvedev es un provocador nato que ha tenido más de un encontronazo con el público. Este fin de semana ha vuelto a dejar su sello.
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